Pedro Sánchez sortea la próxima reaparición de Puigdemont con sus condiciones para la investidura. El equipo presidencial traslada confianza al tener a Junts en "modo negociador", sin soslayar la complejidad del envite entre manos. "A una negociación se va en una posición de máximos, cuando Carles Puigdemont concrete sus demandas, veremos", así lo dicen desde el círculo de Pedro Sánchez. Siempre aferrados a la máxima de la absoluta discreción, "paso a paso", añaden, "y con algo garantizado".

Junts, convertido en pieza fundamental, ha entrado en el juego para una investidura a la que nadie en las mismas alturas socialistas niega dificultades. El encaje del precio a pagar es lo relevante para dejar atrás por completo el proceso. Sánchez en ningún caso vislumbra una repetición electoral. Está convencido de lograr un nuevo mandato como Presidente. Su aspiración sería alcanzar la meta a mediados o finales de octubre, tras la sesión fallida de Alberto Núñez Feijóo. De todos modos, Ferraz y La Moncloa vaticinan ya el interés de Puigdemont por agotar los tiempos hasta noviembre, de cara fortalecer su posición.

Mientras tanto, Sumar sigue acercándose a los partidos que necesita la coalición. La vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones ha valorado hoy la propuesta del lehendakari, Iñigo Urkullu, de avanzar en el carácter plurinacional del Estado y en un mayor autogobierno y ha destacado que "esta tiene que ser la legislatura de un nuevo acuerdo territorial". El actual momento político "abre una nueva oportunidad" para avanzar en el carácter plurinacional del Estado y en el desarrollo del autogobierno de Euskadi, Navarra y comunidades históricas, sin necesidad de modificar la Constitución, en sus palabras.

El martes, clave

Carles Puigdemont fijará el próximo martes las condiciones de JxCat para negociar la eventual investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, en una conferencia que impartirá desde Bruselas coincidiendo con una jornada interparlamentaria del partido. El expresidente lanzaba un largo mensaje en X, en el que negaba estar negociando "nada con nadie", ni tampoco que se haya planteado ninguna amnistía a ningún partido político: "El diálogo es previo a toda negociación, puede servir para fijar el marco en que esta puede discurrir, o puede servir para comprobar que no hay margen de negociación".

Estos contactos no son diferentes a los que JxCat ya tuvo la pasada legislatura, según ha dicho Puigdemont, cuando "vivía sin opciones de participar en ninguna negociación por decisión de los actores políticos que ahora piden conversar". Por todo ello, quien quiera conocer "de manera directa" los términos que fijará Junts para abrir negociaciones deberá atender a la conferencia que pronunciará. Para Puigdemont, la posición de Junts "en el centro del tablero político" comporta "una responsabilidad" ante los catalanes y los electores, y es por ello que "importa tanto la forma como el fondo".