Pablo Iglesias disputará a Isabel Díaz Ayuso la presidencia de la comunidad de Madrid, para lo cual saldría del Gobierno de coalición una vez que arranque la campaña electoral, lo que se espera para el 20 de abril. Sin embargo, hay informaciones que apuntan a que la maniobra del líder de Unidas Podemos consiste, en caso de no poder formar gobierno en Madrid, en proteger su escaño en el Congreso de los Diputados antes de quedarse en la oposición de la Asamblea regional. La estrategia pasaría por no coger el acta de la Asamblea y quedarse como diputado y posible portavoz en el Congreso, desde donde haría oposición al Gobierno de Sánchez al mismo tiempo que los ministros de Unidas Podemos siguen en el Ejecutivo.

Y es que, según dispone la Constitución Española en su artículo 67.1, “nadie podrá ser miembro de las dos Cámaras -Congreso de los Diputados y Senado- simultáneamente, ni acumular el acta de una Asamblea de Comunidad Autónoma con la de Diputado al Congreso”. Sin embargo, el propio artículo 70 de la Constitución dispone que “la ley electoral determinará las causas de inelegibilidad e incompatibilidad de los Diputados y Senadores”. Por lo tanto, el desarrollo de esta previsión se recoge en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG).

El artículo 155.3 de esta norma dispone lo mismo, es decir, que "nadie podrá ser miembro de las dos Cámaras simultáneamente, ni acumular el acta de una Asamblea de Comunidad Autónoma con la de Diputado al Congreso".

Por lo tanto, Pablo Iglesias no podría, simultáneamente, ser miembro del Consejo de los Diputados y de la Asamblea de la Comunidad de Madrid, por lo que tendría que renunciar a una de las dos actas. Eso sí, en caso de resultar finalmente elegido, pues de momento solo es candidato electoral. La ley no regula el caso de concurrencia entre el acta de senador y el de parlamentario autonómico, por lo que en un supuesto hipotético, Iglesias sí podría ser senador y parlamentario autonómico.

Por lo pronto, Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social, asume el reto de sustituir a Iglesias como máxima figura de Unidas Podemos en el Gobierno y en unas futuras elecciones generales.