Una de las imágenes más comentadas que nos dejó el debate de investidura fue la de Pablo Iglesias rompiendo a llorar junto a Pablo Echenique poco después de confirmarse que Pedro Sánchez lograba la confianza de la Cámara para ser proclamado presidente.

Nada más terminar la votación, el hemiciclo se llenó de gritos de “presidente, presidente” y de “sí se puede”. Fue entonces cuando Iglesias se acercó al escaño de Aina Vidal, la diputada de En Comú Podem que, a pesar del cáncer que sufre, hizo el esfuerzo de acudir al pleno, y le hizo entrega de un ramo de flores. A continuación, Iglesias comenzó a llorar mientras bajaba de su escaño y se reunía con Echenique.

No era la primera vez que al líder de Podemos le ocurría algo similar. Durante un mitin en Córdoba en el año 2016, el histórico dirigente de Izquierda Unida Julio Anguita sorprendió a un Iglesias que no pudo contener las lágrimas.

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Pero el líder de Podemos no es, ni de lejos, el primer político a quien el llanto le coge desprevenido. Muchos otros han sucumbido a él en el pasado en diferentes circunstancias. Recordamos algunos de ellos.

Alberto Ruiz Gallardón

En el año 2007, el entonces alcalde de Madrid no pudo reprimir las lágrimas durante la presentación de un libro sobre Manuel Fraga. Visiblemente emocionado, Ruiz Gallardón expresó su deseo de que un día sus propios hijos pudieran mirarle con el respeto con el que él miraba a su padrino político.

José María Aznar

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Las lágrimas de José María Aznar llegaron también a causa del histórico fundador del PP, Manuel Fraga. Poco después de que este le pasara a Aznar el testigo como líder del partido, Fraga reafirmó a su elegido rompiendo públicamente la carta de dimisión sin fecha que Aznar le había entregado. La emoción embargó entonces al que sería presidente del Gobierno durante ocho años.

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Albert Rivera

En el año 2016, Albert Rivera asistió a un acto en el que intervinieron varias personas huídas de la Venezuela de Maduro. El exlíder de Ciudadanos, acompañado de la activista Lilian Tintori, se emocionó y se le humedecieron los ojos al escuchar las condiciones de vida de la población venezolana.

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Pedro Sánchez

Ese mismo año, el turno del llanto le llegó a Pedro Sánchez, que entonces pasaba por uno de los momentos más duros de su carrera política. El Comité Federal del PSOE acababa de defenestrarle como secretario general del partido y Sánchez decidió renunciar a su acta de diputado en el Congreso. Durante el anuncio de su dimisión, Sánchez no pudo contener la emoción.

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