La vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, ha afirmado este viernes que "hay gente que apunta con la palabra y gente que apunta con las balas", y ha agregado que "la palabra no debería ser una bala".

Oltra se ha pronunciado así en rueda de prensa tras ser preguntada por las cartas con balas que han recibido el ministro del Interior, el ex vicepresidente segundo del Gobierno y la directora general de la Guardia Civil -y que Vox ha puesto en duda- y si esto forma parte del embrutecimiento del debate político en España.

La vicepresidenta ha señalado que hay que separar conceptualmente las cartas con balas del embrutecimiento de la política, aunque tengan "relación y conexión", ya que son ámbitos muy diferentes, pues esas cartas con balas "militares" son de "extraordinaria gravedad" y suponen un delito de amenaza de muerte.

"Los mismos que ahora lo cuestionan seguramente en otras tesituras hubieran dicho que es directamente una amenaza terrorista", ha agregado Oltra, quien ha insistido en que esas cartas forman parte del ámbito delictivo.

Respecto al embrutecimiento de la política, ha indicado que la derecha y la extrema derecha entienden la dialéctica política no como un proceso en el que se confrontan diferentes miradas políticas e ideológicas, sino como un "proceso de ataque constante, violento, hacia el adversario" que hace que al final "haya gente que apunta con la palabra y gente que apunta con las balas".

A su juicio, estamos en un "momento histórico de extraordinaria gravedad", en el que la "anomalía democrática" que supone un partido como Vox o cualquier partido de la ultraderecha es algo que tienen que combatir todos los partidos democráticos, como se hace en el resto de Europa.

Para Oltra, hay que "apartar las veleidades de constituir pactos políticos de legislatura o de gobierno con partidos ultras" porque "estos monstruos, cuando crecen", hacen que la democracia tenga "un problema", y ha añadido: "Ni el ámbito político ni el mediático deberían seguir blanqueando y alimentando el crecimiento del monstruo".

La vicepresidenta y dirigente de Compromís ha considerado que ese embrutecimiento de la política es una "cuestión generalizada" que se da en todo el Estado español, si bien "con intensidades mediáticas diferentes" ya que "el epicentro de la política española está ahora mismo en Madrid, más que en otros momentos".