La lata de atún es una de las comidas más comunes para muchas personas con prisas o para mucha otra gente que no tiene los medios necesarios. El atún es un complemento muy utilizado para ensaladas, para mezclar con pasta e incluso con pimientos en conserva. Sin embargo, no es aconsejable tomar este pescado en exceso, ya que contiene altas cantidades de mercurio. Este tipo de metal el cuerpo humano es incapaz de metabolizarlo y eliminarlo, lo que supone un problema para nuestra salud. Además de esto, el atún tiene unos niveles altos de sodio y un contenido calórico muy elevado.

La investigación determina además que las mayores concentraciones de ese metal pesado las tiene los ciudadanos de las regiones bañadas por el Mediterráneo: Región de Murcia, Comunidad Valenciana, Baleares, Andalucía y Cataluña. Esta circunstancia se debe al elevado consumo de pescado, especialmente de pescados de gran tamaño y, tras los de España, se sitúan con elevados niveles de mercurio los habitantes de Francia, Italia y Grecia.

No obstante, según el profesor de Toxicología, Miguel Motas, que participó en el estudio,  los niveles detectados en la mayoría de la población investigada están dentro de los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y no tienen efectos directos sobre la salud.

Los consumos de atún y pez espada son los que más incidencia tienen en los niveles de mercurio en los habitantes de las regiones mediterráneas, pero Motas ha insistido en que no es necesario dejar de consumir estos pescados, sino solo moderar su ingesta, especialmente en el caso de los niños y de las mujeres embarazadas. El estudio deja claro que cuando el consumo de pescado supera las cinco veces por semana, los análisis de presencia de mercurio revelan que este aumenta exponencialmente, y también hay mayor presencia de este tóxico en personas de más edad por el efecto de una dieta sostenida durante años.

Para el estudio se han utilizado 1.900 muestras de sangre, 1.700 de orina y 600 de pelo de personas que residen en toda España, lo que supone la mayor muestra con la que ha contado nunca un estudio de biomonitorización del mercurio en España. En torno al 5% de las personas que han participado en él presentan niveles de mercurio que suponen un riesgo para su salud.