Lunes 12 de julio. Esa es la última vez que Fernando Simón compareció para analizar los datos de la pandemia y hablar sobre el proceso de vacunación. Desde entonces las ruedas de prensa semanales que ofrece el ministerio de Sanidad las realiza Silvia Calzón, secretaria de Estado de Sanidad.

Llama la atención que en plenaquinta ola la cabeza visible del gobierno durante toda la pandemia haya desaparecido. Bien puede deberse a que está de vacaciones, pero lo cierto es que poco a poco Fernando Simón ha ido perdiendo minutos de pantalla y relevancia.

Desde antes de la declaración del primer estado de alarma, las ruedas de prensa de Simón eran diarias y siguieron siéndolo durante meses. Ha sido una de las figuras que más desgaste ha sufrido en este año y medio, con numerosas equivocaciones en sus predicciones, comentarios desafortunados y algún que otro episodio polémico (sus vacaciones en Portugal y su rodaje con Jesús Calleja).

Una desaparición reincidente

Lo cierto es que las apariciones del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias no sólo están sujetas a su trabajo, sino también al estado de la crisis sanitaria. El verano pasado, cuando los casos bajaron y con el mensaje del gobierno en boca de Pedro Sánchez de que se había vencido al virus,las comparecencias de Simón también disminuyeron.

Con los buenos datos de incidencia que teníamos antes de este verano, y también con el buen ritmo de vacunación, las comparecencias de Simón volvieron a descender hasta quedarse en una rueda de prensa semanal cada lunes para analizar la pandemia y el ritmo de vacunación.

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¿El final del hombre de las malas noticias?

Lo cierto es que la figura de Simón está en cierto modo relacionado con malas noticias, y tal vez sea esta la razón por la que el ejecutivo ha ido disminuyendo sus apariciones hasta el punto de que pueda dejar de aparecer en los medios de forma permanente. No ver a Fernando Simón en la televisión es sinónimo de buenas noticias, y ese es el mensaje que quiere mandar el Gobierno.