El tercer relevo en tres días en la cúpula de la Guardia Civil vuelve a sacudir la institución, sumida en una auténtica crisis desde que el pasado domingo el ministro cesara al jefe de la comandancia de Madrid por no entregarle un informe judicial sobre el 8-M, versión que niega Interior. ¿Estamos ante una renovación como dice el ministro o ante una verdadura purga?

El ultimo cesado, Fernando Santafé - jefe de operaciones y segundo uniformado en importancia - ha salido de manera acordada con el ministro pero profundamente disgustado, como ha podido constatar COPE. Su cese se suma a la dimisión de su jefe directo, el director adjunto operativo Laurentino Ceña en protesta por el cese del coronel Pérez de los Cobos al frente de la comandancia de Madrid. Esa decisión extemporánea de Marlaska contra el jefe de la Comandancia de madrid por no entregarle un informe judicial "ha contaminado" y precipitado una renovación de la cúpula prevista desde enero, señalan a COPE fuentes cercanas al Ministro. Todas esas fuentes hablan de "error", de que ha trampeado su propia renovación o que "no ha tenido sentido de la oportunidad".

El general Ceña ya había anunciado que dejaba la dirección adjunta operativa, el jefe de operaciones Santafé era el primer aspirante a ese cargo, pero nunca estuvo en las quinielas según las fuentes consultadas. El lo sabía. Los sustitutos, los generales de división Pablo Salas y Felix Blazquez, tienen un enorme prestigio dentro del Cuerpo. Eso sí, se salta la regla no escrita de la antigüedad en el escalafón, “algo sagrado” dentro del generalato, según apostilla uno de ellos a COPE. De hecho, deben ahora ser ascendidos a tenientes generales para, a continuación, ocupar sus nuevas responsabilidades, director adjunto operativo y jefes de operaciones respectivamente. La decisión de saltarse la antigüedad en el escalafón para elegir los sustitutos ya estaba tomada. Eso molesta mucho en la cúpula, pero el prestigio y la entidad de los elegidos, Salas y Blázquez, nadie los pone en duda.

Asi las cosas, en este momento está en cuestion el futuro inmediato de los otros dos tenientes generales que se ven afectados por la decision de Grande Marlaska: el jefe del mando de apoyo, Rafael Galán y el de personal, Francisco Díaz Alcantud. A Marlaska, la noche del domingo “le salió el juez que lleva dentro” y saltó por los aires su papel como ministro, dice un proximo a él. Y lo que pudo ser renovación queda como una purga. Ademas, un teniente general afirma que Marlaska nunca ha tenido empatía con el Cuerpo ni mano izquierda. El ministro está enfrentado a la cúpula pero el presidente del gobierno le mantiene intacto su apoyo.