El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, fue el primero en abrir la puerta a los indultos y pidió normalizarlos ante la posibilidad que se ha materializado en menos de un mes. Fue el pasado 24 de mayo cuando Campo dejó caer la posibilidad. El pasado lunes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la noticia que ya se venía gestando: el Consejo de Ministros iba a aprobar los indultos a los nueve presos catalanes condenados por sedición y malversación. No pasaron ni siquiera 24 horas desde que se aprobó por el Gobierno de coalición y esta misma mañana, los nueve líderes independentistas abandonaban los centros penitenciarios en los que estaban cumpliendo su condena. Independientemente de las críticas que ha recibido por parte de gran parte de laciudadanía y los partidos de la oposición, Pedro Sánchez se marcó como objetivo conceder los indultos y en tan solo un mes han pasado de ser una posibilidad a ser una realidad.

A partir de las doce de la mañana, los indultados han ido abandonando las cárceles en las habían pasado los últimos años rodeados por consignas con la que han abogado por la amnistía, la vuelta de los "exiliados" y la independencia de Cataluña. Sus intenciones son claras: seguir con el proceso que ya iniciaron el pasado 1 de octubre del año 2017 y culminarlo con la 'República Catalana'.

¿Amnistía para quién?

Llegados a este punto, la pregunta que nos hacemos es: ¿por qué piden la amnistía? ¿Para quién? Es necesario recordar que a diferencia de los indultos, que anulan las penas de forma individualizada, la amnistía se concede a un grupo de personas. En otras palabras, estamos hablando de que los nueve presos catalanes que fueron condenados por sedición y malversación ya han recibido el indulto, y con ello el perdón de su pena. ¿Cuál es el objetivo de conseguir la amnistía si todos los condenados han obtenido la medida de gracia?

Todo haría indicar que podrían referirse a la figura de Carles Puigdemont. De hecho, es una de las consignas que se ha repetido este miércoles a su salida de los centros penitenciarios. Al parecer, los independentistas buscan la amnistía total tanto para los políticos fugados como para ellos. Siguiendo esta línea lógica, todos aquellos dirigentes con causas abiertas ante la justicia (como Carles Puigdemont, sino también de Antoni Comín, Luis Puig, Clara Ponsatí o Anna Gabriel, entre otros), podrían quedar teóricamente libres de los delitos por los que están siendo investigados.

En cualquier caso, no solo buscan la amnistía para ellos y todos los políticos con causas abiertas o fugados en el extranjero, sino para en torno a 3.000 "represaliados", según los partidos independentistas, que tienen algún tipo de causa abierta con la justicia por participar de alguna forma en el referéndum del 1-O, boicotear, cortar autovías o quemar mobiliario urbano. En este punto estamos hablando de personas normales, cargos políticos intermedios e incluso representantes de medios de comunicación autonómicos catalanes.

En el caso de que hubiera amnistía generalizada, los políticos indultados también dejarían de estar inhabilitados y podrían volver a desarrollar su ejercicio político con total normalidad. Es decir, de haber amnistía, podrían volver a la vida política.

Lucha por el terreno independentista

En este punto surge también la pregunta de cuáles son los intereses de los indultados en estos momentos. Ya sabemos que desde hace semanas están clamando por la vuelta de los "exiliados" en el extranjero. No obstante, no sabemos hasta qué punto desde ERC podrían estar interesados en una vuelta inmediata de Carles Puigdemont, independientemente de que haya una amnistía para todos los implicados en el referéndum ilegal. Estamos hablando de una lucha interna entre ERC (que lidera Oriol Junqueras) y JxCat (al que dirige Carles Puigdemont desde Waterloo) por hacerse con el terreno independentista.

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Por un lado, desde ERC venden la idea común de la libertad de los presos fugados pero por otro lado, estamos ante el campo abierto para Oriol Junqueras, ya que su rival más directo (Puigdemont) sigue en Waterloo y le da mayor libertad para tomar decisiones en el ámbito secesionista. Mientras tanto, y mientras no exista la ansiada amnistía que están exigiendo ahora los independentistas, Puigdemont deberá conformarse con sus escuderos: Laura Borràs, Jordi Puigneró e incluso el indultado Jordi Sànchez.

En cualquier caso, lo único que está claro es que no hay nada claro en cuanto a lo que va a pasar en Cataluña. Como venimos diciendo, los independentista han pedido últimamente, por activa y por pasiva, los indultos. El nuevo capítulo pasa por la amnistía y visto lo visto, y tras saber que el único objetivo de Pedro Sánchez es agotar su legislatura, no se sabe hasta qué punto podría llegar a ponerse verdaderamente sobre la mesa la posibilidad de conceder la amnistía a los independentistas indultados y fugados de la justicia.