Los jugadores del equipo de baloncesto lituano Zalgiris Kaunas vivieron minutos de pánico el pasado viernes, y no precisamente en la cancha del Real Madrid, contra el que se enfrentaba en un partido de la Euroliga. Fue en el viaje de vuelta, cuando al poco de despegar el avión del aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas, la aeronave se declaró en estado de emergencia, tras sufrir una frenada en la progresión de despegue.

Tras comunicar la incidencia, los controladores aéreos trataron de guiar a la aeronave, pero el mal tiempo impidió su descenso de vuelta a Barajas. Hasta en dos ocasiones se tuvo que abortar el aterrizaje, por lo que finalmente se decidió efectuar esta maniobra en la pista de la base militar de Getafe. En declaraciones a COPE.es, el portavoz del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial, Carlos San José, ha explicado que “las aeronaves fallan en ocasiones. Lo que no es habitual es que el avión se derive a otro aeropuerto como ha ocurrido. Aunque también contribuyó a amplificar la noticia que los viajeros sean los miembros de un equipo de baloncesto.”

Pánico en el avión del Zalgiris tras su despegue de Barajas: el piloto no sabía a qué velocidad volaba

Tras dos intentos fallidos para volver a aterrizar en Barajas, pudieron hacerlo en esa base aérea de Getafe

Álvaro Coutelenq 09 abr 2019 - 08:49

Un hecho que San José achaca a las circunstancias: “La situación meteorológica era complicada en Madrid, se produjeron fallos en los sistemas de indicación de velocidad y de navegación, lo que complicó la operación. Son cosas que pueden ocurrir, pero en España los pilotos están formados y entrenados para hacer frente cualquier adversidad.”

El portavoz del Colegio de Pilotos ha remarcado que, ante una situación de emergencia, se prevén todas las situaciones y las alternativas posibles: “Lo primero que hace la tripulación es estabilizar el avión, para después navegar y dirigirlo a espacios aéreos seguros. Una vez que se comunica de la situación al control de tierra, tienen que despejar todo el tráfico para que no haya peligros a la hora de aterrizar. Lo más importante es que siempre tenemos un plan A, B, C, etc.”

El objetivo es mantener la seguridad tanto de la tripulación como de los viajeros y de la población terrestre, y evitar que el caos y el pánico se apodere del ambiente: “No olvidemos que las aeronaves sobrevuelan municipios, ciudades... Para ello, es necesario que la tripulación auxiliar, las conocidas como azafatas, mantengan la calma. Los pilotos son los encargados de mantener la seguridad.”