La Policía Nacional, en colaboración con las autoridades de Georgia, ha desarticulado una organización criminal liderada por "Ladrones en Ley" dedicada a la comisión de robos con violencia en domicilios, con la detención de 25 personas en Madrid.

A los arrestados se les imputa la comisión de al menos 14 robos con fuerza en domicilios por todo el territorio nacional, explica la Policía, y sus detenciones se han producido en Madrid, donde la organización criminal estaba asentada.

Los delincuentes marcaban las puertas de las viviendas con testigos de plástico o hilos imperceptibles y posteriormente trataban de averiguar si los moradores estaban dentro cuando volvían para llevar a cabo los robos.

La investigación se inició en 2022 cuando los agentes conocieron de la existencia de una célula itinerante dedicada a la comisión de robos en domicilios en la comunidad de Madrid y que presuntamente estaría implicada en robos cometidos en el entorno de Alcobendas y en varios distritos de la capital.

Comprobaron que la organización destacaba por su potente estructura criminal, muy jerarquizada, compartimentada y con códigos de conductas férreos para proteger a su líder, lo que le hacía impermeable a la acción policial, al reestructurarse inmediatamente si algún integrante era detenido sin que afectara a su actividad, detallan los investigadores.

Para llevar a cabo los robos, se subdividían en grupos de entre dos y cinco personas, cada uno de ellos con un responsable, que se asentaban temporalmente en un país con documentos falsificados para evitar ser identificados, así como pisos francos alquilados por testaferros que les permitía una gran movilidad, detalla la Policía.

Se comprobó que la organización estaba estructurada en varias redes y que poseían en Alcobendas y Madrid varios domicilios que eran usados para alojar a los miembros de la organización que llegaban de otras partes de España y de Europa, a los que se proporcionaba teléfonos y los domicilios susceptibles de ser asaltados.

Para llevar a cabo los asaltos, que realizaban preferiblemente por la noche, fines de semana y periodos de vacaciones aprovechando que los pisos estaban vacíos, se desplazaban varios miembros, uno para vigilar mientras el resto accedía a la vivienda.

Un tercer escalón de la organización estaba integrado por una red de receptadores, que se encargaban de dar salida a los objetos robados enviando los beneficios procedentes de los robos, a través de empresas remesadoras de dinero, a otros países de manera constante que recibían otros miembros del entramado criminal.

En la operación se han realizado siete registros en domicilios, en los que se han intervenido 32 relojes de alta gama, 259 piezas de joyería colgantes, pulseras, anillos, pendientes y piedras preciosas-, 79 aparatos electrónicos teléfonos móviles, tabletas electrónicas, ordenadores portátiles y dispositivos de memoria-, ropa y complementos de lujo así como instrumentos musicales.

La investigación continúa abierta y no se descartan futuras detenciones de otros miembros de la estructura criminal.