En el PP siguen sin salir de su asombro porque el foco se siga poniendo en Pablo Casado en lugar de en Pedro Sánchez, sobre todo por el oscurantismo con el que el presidente en funciones está llevando a cabo sus negociaciones, y el silencio sepulcral que mantiene. Los populares no tienen ninguna duda: el líder socialista hará lo que sea para sacar adelante su investidura con Podemos y los independentistas, y lo hará, además, con el visto bueno de los barones del PSOE. El líder del PP lo resumía de una manera muy gráfica: Sánchez ha confinado a su formación en una isla, ha destruido las naves, como Hernán Cortes, para que no puedan desandar el camino, y ha destruido todos los puentes con el principal partido de la oposición.

En la calle Génova tienen claro que Sánchez está intentando ningunear al principal partido de la oposición. “Han negociado con Bildu, pero no con nosotros”, aseguran, y ni siquiera han contactado con el PP para negociar la Mesa del Congreso y del Senado. De ahí que Casado haya advertido al jefe del Ejecutivo en funciones que, a su formación, “no se le puede humillar”.

Los populares siguen admitiendo que hay debate interno, pero todos en el partido coinciden en algo, subrayan: están escandalizados ante lo que está haciendo Sánchez. Así las cosas, Casado no puede ser el sostén del líder socialista en su investidura, porque, dado su historial de incumplimientos, en cuatro días echaría por tierra cualquier acuerdo que pudieran haber alcanzado, y se pondría a negociar los Presupuestos con los radicales y los independentistas. La postura, pues, del PP seguirá siendo la misma: no a la investidura, sí a alcanzar pactos de estado que blinden el estado ante cualquier ataque de los separatistas.

En Génova no creen que esta actitud les esté suponiendo un desgaste, sino todo lo contrario: Casado está demostrando, apuntan, que es coherente, y que cumple su palabra, frente a un Sánchez oportunista, que ha mentido a los españoles y que está protagonizado un capítulo de verdadero transformismo político. El líder popular lo resume en una frase: “yo sí que puedo enfrentarme a mi hemeroteca”.