Pedro Sánchez ha recibido en las últimas horas las felicitaciones y las buenas palabras de los altos cargos de la Unión Europea. Es algo habitual cuando es elegido un presidente de un Gobierno de la Unión Europea. Son horas, por tanto, de cordialidad, diplomacia y saber estar.

De todas formas en Bruselas son conscientes del escaso margen con el que Pedro Sánchez ha sido reelegido presidente del Gobierno. Solo dos votos de diferencia que ponen de manifiesto los malabarismos que va a tener que hacer para que el nuevo ejecutivo no salte pronto por los aires.

En la capital comunitaria esperan que este nuevo gobierno dure, que no sea fugaz y que permita dotar de cierta estabilidad política al país. Los últimos años han sido una catarata de procesos electorales y bloqueos políticos que le han quitado tiempo a las reformas que todavía son necesarias en España.

Por otro lado, Bruselas exige cuanto antes un presupuesto aprobado y que sea creíble. Probablemente esta sea la tarea más importante que tenga el futuro gobierno de Pedro Sánchez. A la Comisión Europea no le han gustado los últimos borradores enviados por el ministerio en los que se multiplicaba el gasto público sin precisar de dónde iba a obtener la recaudación necesaria para llevarlo a cabo.

A finales del año pasado y con este borrador en la mano, el ejecutivo comunitario solicitó una serie de ajustes por valor de 6.500 millones de euros al entonces gobierno en funciones. Además, el presupuesto presentado contenía riesgos importantes de no cumplir con las reglas del pacto de estabilidad y crecimiento.

De todas formas en los cuarteles generales de Bruselas son conscientes de la vocación europeísta de Pedro Sánchez por lo que esperan que haya una relación fluida y en la que España cumpla con las exigencias de las instituciones europeas.