Un 8,6 por ciento ha subido este lunes el índice Ibex 35. Ha cerrado en 7.459 puntos. En los mejores momentos de la sesión la ganancia ha rozado el 10 por ciento, con el Ibex en un máximo intradía de 7.540 puntos. Todas las plazas bursátiles europeas han vivido una jornada de euforia, mientras el índice Dow Jones de Wall Street sube un 4 por ciento a media sesión. Dos consideraciones justifican y respaldan esta espectacular resurrección de las Bolsas. Primero, el triunfo de Joe Biden en las presidenciales de EE.UU., que hace pensar en una mejora de las relaciones comerciales con China y con Europa. Que no es poco.

El segundo y más importante factor que ha catapultado a las Bolsas es la noticia de que la vacuna que desarrollan la biotecnológica estadounidense Pfizer y la alemana Biontech está obteniendo buenos resultados en su fase tres de ensayos clínicos. Su eficacia supera el 90 por ciento en la prevención de la Covid-19. Podría estar en el mercado relativamente pronto. Paralelamente, la vacuna que desarrollan Astra Zeneca y la Universidad de Oxford -y que se encuentra en la última fase de ensayos clínicos- podría estar disponible, si todo va bien, antes de que acabe el año, aunque lo más probable es que llegue al mercado en el primer trimestre de 2021.

La primera derivada es que se han disparado en Bolsa las acciones de las empresas relacionadas con el turismo y los viajes. Un 37 por ciento ha subido Meliá Hotels y un 15 por ciento la aerolínea IAG. También hay subidas verticales en los bancos, ante el urgente cierre de posiciones cortas en el sector. El Santander ha subido un 19 por ciento, hasta 2,13 euros. Telefónica se ha disparado un 14 por ciento hasta 3,17 euros.

Además de las Bolsas, ha subido con fuerza el petróleo. Se ha encarecido un 8 por ciento ante la esperanza de que no tarde en recuperarse la actividad económica cuando lleguen las vacunas contra el coronavirus. El crudo del Mar del Norte se paga esta tarde por encima de los 43 dólares por barril. Las acciones de Repsol, que se benefician por un crudo más caro, han cerrado con una subida del 18 por ciento.

En los demás mercados, el euro se cambia por encima de 1,18 dólares. Hace pocos días se movía en 1,16. Por el contrario, el oro ha sufrido un severo castigo del 5 por ciento. Ha experimentado su mayor caída en tres meses. Se ha dado la vuelta en puertas del máximo que alcanzó hace menos de tres meses en 2.060 dólares por onza. Esta tarde se negocia a 1.855 dólares. Los expertos de Citi situaban hace pocos días su precio objetivo para la onza de oro en 2.200 dólares a tres meses vista. Y elevan el listón hasta 2.400 con un horizonte de entre seis y doce meses. Más optimistas son todavía los analistas de US Global Investors. Creen que el precio del metal amarillo puede alcanzar los 4.000 dólares por onza en el año 2023. Quizá ahora tengan que matizar estas proyecciones.

En el mercado de deuda pública, ha repuntado la rentabilidad de los bonos españoles a diez años: ha pasado en pocas horas del 0,08 al 0,17 por ciento. El rendimiento de la deuda se mueve en sentido contrario a su precio, lo que quiere decir que hoy muchos inversores han abandonado sus refugios en el oro y en el mercado de bonos, han vendido y han hecho bajar los precios.