Fernando, trabajador en Suiza: "Cobro 7.868 € al mes y tengo un 13 % de tasa impositiva"
Muchos jóvenes buscan oportunidades en otros países de la UE, donde obtener un salario mucho mayor
Científicos analizan muestras bioquímicas en un laboratorio científico avanzado.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Fernando trabaja en la industria farmacéutica y emigró desde España con la esperanza de acceder a mejores condiciones laborales y salariales. En su testimonio público explicó que, tras descontar impuestos, seguro de desempleo y otras cargas, su salario neto ronda los 5.600 a 5.700 francos suizos, lo que equivale aproximadamente a 5.900 euros.
El joven señala que vive en el cantón de Aargau, donde la tasa fiscal es baja, lo que le permite conservar una porción significativa de su remuneración bruta.
El contexto coomparativo con españa
Para muchos en España, la cifra de 7.868 €/mes resulta distante de la realidad salarial habitual. El salario base para alguien de su edad en el sector farmacéutico en España podría rondar los 2.500 €, mientras que el promedio para jóvenes de 20 a 24 años se sitúa en torno a los 1.000 €/mes.
Laboratorio científico
Este contraste pone de manifiesto las grandes diferencias salariales y fiscales entre ambos países, lo que alimenta los flujos migratorios de jóvenes profesionales en la búsqueda de mejores oportunidades económicas.
El caso de Fernando no es una excepción, sino un reflejo de una tendencia cada vez más consolidada en la sociedad española: la emigración de jóvenes altamente cualificados en busca de mejores oportunidades laborales y vitales fuera del país.
Dificultades conyunturales
La falta de expectativas, los sueldos bajos, la precariedad del mercado laboral y las dificultades para acceder a una vivienda digna han empujado a miles de jóvenes a hacer las maletas y emprender una nueva vida en países como Alemania, Suiza, Países Bajos o los países nórdicos, donde las condiciones laborales y salariales son mucho más atractivas.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 60.000 jóvenes de entre 20 y 34 años han emigrado desde España en los últimos cinco años por motivos laborales. Y aunque muchos de ellos siguen manteniendo vínculos con su país de origen, la realidad es que un porcentaje creciente termina estableciéndose de forma permanente en el extranjero, alimentando el fenómeno de la fuga de cerebros que tanto preocupa a economistas y sociólogos.
tiene implicaciones serias para el desarrollo económico
Esta pérdida de talento tiene implicaciones serias para el desarrollo económico y social del país. La inversión pública y privada en educación y formación de estos jóvenes no revierte en el mercado laboral español, y sectores estratégicos como la sanidad, la investigación, la tecnología o la industria pierden perfiles con alta capacitación que podrían contribuir al crecimiento interno.
Además, esta dinámica crea un desequilibrio generacional: mientras España envejece aceleradamente y necesita mano de obra joven para sostener su modelo productivo y su sistema de pensiones, muchos de sus jóvenes más preparados optan por desarrollar su carrera en entornos más competitivos y meritocráticos.
El caso de Fernando, con un sueldo neto cercano a los 6.000 euros al mes y una tasa impositiva del 13 % en Suiza, pone en evidencia las enormes diferencias estructurales entre países que compiten por el talento joven. Su testimonio invita a una reflexión profunda sobre la necesidad de reformular las políticas laborales, fiscales y sociales en España, si se quiere revertir esta tendencia y ofrecer a las nuevas generaciones razones para quedarse.