Entran a robar en su casa y un sonido inesperado hace huir a los ladrones: el sistema de alarma que podría marcar un antes y un después en la seguridad
Suena curioso, pero en el caso de Dominic Blackman, parece que funcionó y los ladrones, tras forzar la cerradura, salieron corriendo.

Un ladrón accede a una casa para robar
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Un susto que puede servir de aviso a navegantes. Según relata el Nordkurier, un periódico regional alemán, cuando Dominic Blackman volvió a casa una noche cualquiera, lo último que imaginaba era encontrarse con la puerta de su vivienda entreabierta. Una pesadilla para la gran mayoría que, en ocasiones, se puede hacer realidad.
Ver la puerta forzada fue la señal que bastó para que su corazón se le acelerara. Como es lógico, lo primero que pensó es que le habían entrado a robar. Y estaba en lo cierto... pero solo en parte. Lo que siguió después transformó el susto en asombro… y terminó convirtiéndose en una historia digna de relatar a un medio de comunicación.
Lo más sorprendente no fue que la puerta estuviera abierta. Ni siquiera que, tras revisar todo, se diera cuenta de que no faltaba absolutamente nada. Lo verdaderamente insólito fue la hipótesis que poco después compartiría con la policía.

Un ladrón trata de acceder a una casa para robar
ni cámaras de seguridad ni alarmas
A los ladrones no les ahuyentó ni una alarma con sensores de movimiento, ni las cámaras con inteligencia artificial, ni de una cerradura de última generación. Ni siquiera un temible perro. Fueron sus dos loros los que probablemente evitaron que los ladrones no se salieran con la suya ni se llevaran las cosas de valor de su casa.
Cuando llegaron los agentes, inspeccionaron la escena y se hicieron la misma pregunta que Dominic: ¿Por qué los malhechores se tomaron la molestia de forzar la cerradura, sino se llevaron nada y todo estaba en su sitio? La única evidencia era que los intrusos se echaron atrás en el último momento.
Y ahí es donde entraban en juego las suposiciones del propietario de la casa. ¿Habrían sido sus dos loros ruidosos y parlanchines los que actuaron a modo de alarma disuasoria con los amigos de lo ajeno?
Suena a guion de película, pero pasó”
Dominic cree que los sonidos que hicieron, chillidos, graznidos o carreteos, fueron tan escandalosos que los asaltantes se asustaron y pensaron que alguien estaba en casa. O simplemente, el susto fue tal que se dieron media vuelta, y antes de investigar, decidieron salir corriendo.
“Sin ellos, creo que me habría quedado sin muchas cosas”, confiesa Dominic a este medio alemán, aún con una mezcla de incredulidad y gratitud. “Lo pienso y me sigo riendo… ¿Dos loros espantando a unos ladrones? Suena a guion de película, pero pasó”.
El incidente ha abierto un debate cuanto menos curioso: ¿y si tener mascotas ruidosas, como loros o papagayos, pudiera considerarse una forma alternativa de disuasión?
Lo cierto es que utilizar animales como método de disuasión contra ladrones, no es nada nuevo. Los perros y sus ladridos siempre han sido buenos guardianes de los hogares. Pero los loros, van un paso más allá.
Además, en tiempos donde los sistemas de seguridad cada vez son más costosos y sofisticados, esta historia puede invitar a buscar otras alternativas menos convencionales y más creativas. Y por lo que se puede leer en esta noticia, eficaces.

Ventana rota tras un robo
su recompensa
Como cabría esperar estos dos héroes coloridos recibieron su recompensa: una generosa porción de copos de maíz,que aprece ser que les encantan. “Se lo ganaron. No solo me hicieron reír, posiblemente me salvaron de un mal rato”, dice Dominic.
Esta historia, que a simple vista puede parecer una anécdota divertida, también deja entrever algo más profundo: a veces, lo inesperado puede ser más eficaz que cualquier plan.
los ladrones se sofistican
Ya no hacen falta mazos ni golpes. Hoy, los ladrones marcan puertas con monedas, levantan felpudos o manipulan cerraduras en silencio. El verano, con tantas casas vacías por vacaciones, es su mejor aliado. Solo necesitan saber si no hay nadie dentro, y para eso usan trucos tan variados como su ingenio: desde escuchar tras la puerta hasta dejar señales imperceptibles.