Se puede decir aquello de que se acabó lo bueno. Durante los últimos años el euribor ha sido un aliado para el bolsillo de los hipotecados, al bajar hasta mínimos históricos. Eso les ha permitido tener unos euros adicionales. Sin embargo ha empezado a darse la vuelta. De manera tenue todavía, es verdad. En concreto el indicador a 12 meses cerró el mes pasado en el -0,166% frente al -0,168% de hace un año, según acaba de confirmar el Banco de España.

Eso ¿qué supone? Mire su préstamo hipotecario. Si lo firmó con el banco a tipo variable y lo tiene que revisar usando como referencia el cierre de septiembre notará una ligera subida. La buena noticia es que de momento el incremento será testimonial. Hablamos de poco más de un euro al año si cogemos por ejemplo como referencia un préstamo de 120.000 euros a 25 años y con un diferencial de un punto. El problema es que esto va a ir a más en los próximos meses. Estamos ante un cambio de tendencia, un aviso de lo que viene. Es el fin de las hipotecas baratas y a muchos hogares les puede coger con el pie cambiado. Hay prepararse para nuevos repuntes a partir de ahora con la vista puesta en dentro de un año cuando el Banco Central Europeo podría subir los tipos de interés en la zona y dar por concluidas las medidas extraordinarias de política monetaria.

Esta perspectiva hace que las hipotecas a tipo fijo, que garantizan unos márgenes constantes, estén ganando peso en España. Ya suponen al menos cuatro de 10 nuevos préstamos que se firman en nuestro país porque dan seguridad. La cuota mensual no cambia pase lo que pase. Claro que los bancos aprovechan la situación para exprimirlos. Nunca habían estado tan caros frente a los de interés variable.