En estos días se están librando simultáneamente dos batallas en la economía y en los mercados financieros. Una enfrenta a los gobiernos europeos y a las grandes farmacéuticas. No se ponen de acuerdo sobre el suministro de vacunas contra el coronavirus. Los laboratorios no dan abasto en la producción de viales y Europa amenaza con llevarlas a los tribunales. Eso se traduce en una desesperante lentitud de las vacunaciones y, en consecuencia, en el descontrol de la pandemia. Los retrasos en la fabricación y distribución de las vacunas pesan en las Bolsas, que han movido con enorme volatilidad en los últimos días. Hoy se imponen los números rojos.

La otra batalla enfrenta en Wall Street a los inversores minoritarios con las grandes instituciones de inversión. En la pista central, las acciones de GameStop (una compañía dedicada al alquiler y la venta de videojuegos) que se están moviendo con altibajos circenses. Estos títulos se han hecho famosos por las masivas compras que han realizado miles de pequeños inversores en las últimas semanas alentados por las redes sociales. Se han organizado a través de Internet y han conseguido modificar el precio de algunas empresas en la Bolsa de Nueva York. El valor más icónico es GameStop, que rozaba la quiebra y sus acciones se encontraban muy deprimidas. Pero las redes se conchabaron para “resucitar” su cotización. Y lo consiguieron. Sumando mucho pocos han ganado fuerza y han logrado poner en jaque a los grandes grupos de inversión que apostaban por una caída de los títulos. Los grandes fondos posicionados en corto (inversiones que ganan dinero cuando baja el precio de un valor o un activo) han sufrido un serio revés al ver cómo subía rápidamente la cotización, cuando ellos apostaban por una caída del precio. La primera batalla ha terminado, pero no la guerra.

Hoy los mercados están muy pendientes de los datos de crecimiento económico y de los resultados empresariales. El índice Ibex 35 cae un 1,9 por ciento tras las primeras operaciones del día, hasta 7.790 puntos. Pierde por tanto el apoyo de los 7.800 puntos. Solo suben dos valores. Son los dos bancos que han rendido cuentas. Sube Caixabank, que ha obtenido en 2020 un beneficio 1.380 millones de euros, un caída del 19 por ciento. La entidad ha provisionado 1.252 millones por lo efectos de la Covid-19. En el cuarto trimestre Caixabank ganó 655 millones, lo que supone un crecimiento del 25 por ciento respecto al trimestre anterior. Espera repartir un dividendo 2,6 céntimos por acción con cargo a los resultados de este año.

También sube BBVA, que ha ganado 1.305 millones en el conjunto de 2020, lo que supone una caída del 63 por ciento. El banco espera repartir un dividendo de 5,9 céntimos por título con cargo a 2020 y espera recuperar pronto su “pay out” de entre el 35 y el 40 por ciento con cargo al ejercicio 21 si obtiene la luz verde del BCE. Además, cuando cierre la venta de su filial en EEUU, BBVA recomprará acciones por un 10 por ciento de su capital.

Los grandes bancos españoles tienen intención de volver a pagar dividendo en cuanto el BCE de luz verde a estos abonos. Santander, BBVA, Caixabank, Unicaja y Bankinter se encuentran entre los que quieren volver a retribuir al accionista. Bankinter quiere sacar a Bolsa su filial de seguros Línea Directa y repartir el 80 por ciento del capital de la aseguradora como dividendo extraordinario. Por su parte, el Sabadell retrasará la decisión. Se esperan hoy también las cuentas de Siemens Gamesa.

En el campo macro económico, ya se sabe que el PIB de España creció cuatro décimas en el cuarto trimestre del año 20, pero ha caído un 11 por ciento en el conjunto del ejercicio. Es un dato levemente mejor del que pronosticaban los expertos. Por su parte, el PIB de Francia creció un 1,3 por ciento en el cuarto trimestre, pero el conjunto del año pasado se ha saldado con una contracción del 8,3 por ciento. También Alemania publicará su PIB. En este caso los analistas pronostican una contracción del 5 por ciento en 2020. Los analistas esperan un estancamiento del PIB alemán en el primer trimestre. De hecho, pronostican una recesión de doble caída si los confinamientos y las restricciones estrictas se prolongan hasta Semana Santa. El gobierno alemán ha reducido su previsión de crecimiento de este año hasta el 3 por ciento, frente al 4,4 por ciento que estimaba anteriormente. Los analistas esperan un estancamiento del PIB alemán en el primer trimestre. Y pronostican una recesión de doble caída en toda Europa si se prolongan las restricciones.