El índice Ibex 35 se ha movido hoy, como el resto de la semana, alrededor de los 7.000 puntos. Se ha atascado en esa zona. Hoy el campo de juego ha estado en 6.900 y esos 7.000 puntos redondos. De momento, el mercado sigue en tierra de nadie a la espera de que se abra alguna puerta de salida en una u otra dirección. Esa puerta puede ser la superación de los 7.200 puntos o la pérdida de los 6.750.
El Ibex ha cerrado el día en 6.943 puntos, con baja de un 0,80 por ciento. La semana se salda con una pérdida del 0,7 por ciento. En lo que va de año la caída acumulada supera el 27 por ciento. Según MG Valores la Bolsa puede irse a los 7.900 puntos a la vuelta de un par de años, atendiendo a la mejora esperada de los beneficios empresariales. Pronostica un aumento de los resultados de numerosas compañías en los próximos trimestres.

Hoy han flojeado de nuevo las empresas relacionadas con el turismo y los viajes, como Meliá Hotels, la aerolínea IAG, la central de reservas Amadeus o el gestor de aeropuertos AENA. Han flojeado por enésima vez Telefónica, Repsol y, sobre todo, los bancos. Y eso a pesar de que el Banco Central Europeo podría abrir la mano para que algunas entidades financieras vuelvan a pagar dividendo el año que viene. Hace unos meses el BCE “recomendó” a los bancos que suspendieras el pago de dividendos y la recompra de acciones como fórmula para protegerse antes los graves efectos económicos de la pandemia de Covid-19. Las acciones de los bancos europeos han pedido en torno a un 40 por ciento de su valor bursátil, como media, tras la crisis del coronavirus.

Las acciones de Ence, que abandonarán el Ibex 35 a partir del día 21, han cerrado casi planas, mientras las de PharmaMar, que ocuparán su lugar, han subido con fuerza. La empresa gallega de celulosas ha perdido un 30 por ciento de su valor bursátil en este año, mientras la biofarmacéutica ha doblado su precio con holgura en el mismo periodo.

La Bolsa de Nueva York ha abierto hoy con ganancias en las empresas industriales y dudas en las tecnológicas. El balance de la semana ha sido negativo en Wall Street. El índice Nasdaq ha pedido un 3 por ciento en cuatro sesiones (el lunes fue festivo en EEUU por el “Labor Day”), pero ha acumulado una ganancia superior al 20 por ciento en lo que va de año. Los inversores tienen una gran cita la próxima semana con la reserva Federal, que celebrará el miércoles reunión de su comité de mercado abierto. Es el organismo que dirige la política monetaria. Se espera que revise sus previsiones económicas y que deje entrever posibles nuevas medidas de estímulo. Además, el jueves celebran consejo los bancos centrales de Japón y del Reino Unido. Ayer el Banco Central Europeo mantuvo sin cambios sus tipos de interés, pero mejoró sus previsiones económicas. Espera ahora una contracción del PIB de un 8 por ciento este año, frente a la caída del 8,7 que estimaba anteriormente.

En los demás mercados, prosigue la debilidad de la libra esterlina. Se paga esta tarde por debajo de 1,28 dólares. Pesa el aumento de la tensión en las conversaciones entre el reino Unido y la Unión Europea. Por su parte, el precio del petróleo baja ligeramente. El barril de crudo Brent del Mar del Norte se paga a menos de 40 dólares. Ayer se conoció el estado de las reservas de crudo y carburantes de la AIE. Se han reducido las de gasolina y productos derivados. Pero lo más importante es que ha crecido de forma notable el stock de petróleo, lo que significa que se ha reducido la demanda y se está consumiendo menos crudo. No es buena señal.