Los bolsillos de los ciudadanos españoles nuevamente se verán supeditados a los mandatos de la Unión Europea. Nuevamente los golpes los recibe la misma materia económica, las pensiones. Dentro de las valoraciones propias de cada uno, esta política está llevando por el camino de la amargura a todas las personas que están pendientes de que el estado compense los trabajos que han llevado a cabo durante toda su vida laboral.

Sin embargo, el problema no solo afecta a la gente que está ya jubilada, y que de alguna manera se encuentra disfrutando de esas vacaciones perpetuas; sino que el síntoma percibido por parte de todo el mundo es que, lejos de presenciar una recuperación o algo de justicia para el futuro de las pensiones; la sensación global es que lo que percibamos por nuestro trabajo en un futuro, puede ser una cifra irrisoria de la que exclusivamente podría salvarnos un correcto plan de pensiones que llevemos por nuestra cuenta. De traca.

Consecuencia de los fondos europeos

Tal y como conocemos desde hace un tiempo, el Gobierno de España está pendiente de recibir los 10.000 millones de euros restantes de los fondos europeos. Para recibir esta inyección de capital, el Ejecutivo está pendiente de examen por parte de la Unión Europea, y ese control se va a llevar a cabo en aproximadamente un mes.

A tenor de lo que se detalla en el acuerdo firmado de los fondos europeos, el Gobierno de Pedro Sánchez se comprometió a cumplir una serie de hitos, en total 52, entre los que destaca especialmente la tan mencionada reforma laboral (o no reforma, depende del día). Este tema genera incertidumbre en las empresas españolas, porque se desconoce aún qué es lo que quiere exactamente el bipartito de nuestro país.

Pues bien, algo que atañe igualmente a empresarios, autónomos, empleados y personas hábiles de España es la materia de pensiones. Además de los 52 hitos ya mencionados y exigidos por la alianza económica continental, Bruselas añade un apartado especial en el que exige una ampliación del plazo del cómputo de las pensiones a más de 25 años.

Si hacemos capítulo, desde hace ya un tiempo, el espacio anual de este cómputo, está aumentando progresivamente, y la UE considera que no es suficiente, que se debe replantear y que la cifra ha de ascender. Todo parece indicar que el objetivo es dejar esta cifra en los 35 años cotizados.

La traducción es que, cuantos más años haya para realizar el cálculo, menor será la cifra a percibir en la pensión. El Gobierno calcula, que en total cada ciudadano español recibirá un 5,5% menos en sus pensiones de aplicarse esta regulación; una modificación que, por cierto, ya está firmada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Constante aumento del cómputo

Por desgracia para nuestra ciudadanía, la modificación de las pensiones a la baja lleva siendo un problema de base heredado de la crisis económica de 2008 y 2011. "Verás la pensión que vais a heredar", es la frase que desde entonces las generaciones más veteranas comparten con las nuevas generaciones. Esto evidencia el riesgo que se preveía desde hace tiempo de lo que iba a ocurrir.

En España salía más dinero del que entraba, y lo que no puede ocurrir es que exprimamos una naranja hasta que sangre la corteza, porque nunca va a salir más zumo. Situando de nuevo las cifras, atiendan al decrecimiento constante de las huchas de nuestro estado:

En el año 2013, la base de cotización necesaria para realizar el cómputo era de dieciséis años. Desde entonces, cada año la cifra ha crecido más y más hasta llegar a alcanzar las actuales. Lo que parece que es evidente y que cada día nos deja más claro la política de pensiones de nuestro país es que será muy poca gente la que se beneficie de este acuerdo de Unión Europea y Gobierno de España. Solo unos pocos, lo de siempre; el pan nuestro de cada día.