Adiós a estas monedas de tu monedero, los céntimos desaparecen en Europa: afecta a autónomos y empresarios

Desde este mes Lituania empieza a eliminar las monedas de 1 y 2 céntimos y en España estos actores tienen la obligación antes del 30 de junio de cambiar el código CNAE

Céntimos de euro en la palma de la mano de un hombre

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Céntimos de euro en la palma de la mano de un hombre

José Manuel Nieto

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4 min lectura

Este mes, Lituania comienza a eliminar las monedas de 1 y 2 céntimos, uniéndose a un creciente número de países en la Unión Europea que ya han adoptado medidas similares. Aunque algunos países, como Francia y Alemania, aún mantienen estas monedas en circulación, otros como Bélgica, Italia y Finlandia ya aplican un sistema de redondeo en los pagos en efectivo. ¿Está España preparada para seguir este camino? La respuesta parece ser sí, aunque con un matiz importante: el 30 de junio se cierra el plazo para que los autónomos y empresarios cambien el código CNAE, un requisito que afectará a muchos negocios que realizan operaciones en metálico. Este cambio también podría tener implicaciones a largo plazo para los consumidores y para el sistema económico en su conjunto.

El debate sobre la eliminación de las pequeñas monedas ha ido cobrando fuerza en los últimos años debido a varios factores: el alto coste de producción de estas monedas, el escaso uso que los ciudadanos les dan y la creciente digitalización de los pagos. En la actualidad, cada vez son menos los pagos que se hacen exclusivamente con billetes y monedas, y muchos comercios, incluso pequeños, ya prefieren que sus clientes paguen mediante tarjeta o aplicación móvil. La tendencia hacia los pagos electrónicos es más evidente que nunca, lo que ha hecho que la discusión sobre las monedas de menor valor adquiera una nueva dimensión.

Impacto para autónomos y empresarios

En España, el redondeo aún no es obligatorio, pero la eliminación de las monedas de 1 y 2 céntimos está siendo considerada cada vez más seriamente. Un cambio de este tipo podría simplificar los procesos de pago y reducir la cantidad de pequeñas monedas que se acumulan en los cajones de los comercios. Sin embargo, no todos los actores económicos están completamente a favor de la medida. En este contexto, se debe tener en cuenta que el cambio no solo afecta a la forma en que se realiza el pago, sino que también influye en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE), un código que asigna a cada actividad profesional una serie de características y que deberá ser modificado antes del 30 de junio por los autónomos y empresarios que se vean afectados por esta modificación en los pagos.

Pila de monedas europeas de uno, dos y cinco céntimos de euro

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Pila de monedas europeas de uno, dos y cinco céntimos de euro

El impacto de este cambio en la economía digital y en las actividades comerciales es significativo. El CNAE juega un papel crucial, ya que a través de este código se establecen las bases para la tributación y la fiscalización de las actividades profesionales. Así, los negocios deberán adaptarse a las nuevas normativas antes de la fecha límite, lo que genera una carga adicional en términos de tiempo y recursos para muchos pequeños empresarios. Los comerciantes, especialmente aquellos que realizan operaciones frecuentes en metálico, tendrán que ajustar sus sistemas de caja, procesos contables y posiblemente realizar inversiones adicionales en tecnología.

¿Una Europa sin céntimos?

La eliminación de las monedas de 1 y 2 céntimos es vista por muchos como una medida de modernización, pero también plantea algunos desafíos. Por ejemplo, el sistema de redondeo que se está implantando en países como Lituania implica que los importes de las compras realizadas en efectivo se redondeen al múltiplo más cercano de 5 o 10 céntimos, lo que, aunque práctico, puede generar cierta incomodidad en los consumidores que prefieren tener control total sobre su gasto. En países como Italia, el sistema ya ha demostrado su viabilidad, pero otros países, especialmente los del sur de Europa, como España, siguen siendo reacios a adoptar un sistema similar.

La eliminación de las monedas más pequeñas también se plantea como una respuesta a la creciente tendencia de pagos digitales. En muchos lugares, pagar con dinero en efectivo parece ser cada vez más una rareza. Esto ha transformado el comportamiento cotidiano de los consumidores, que ahora prefieren pagar con tarjetas bancarias, teléfonos móviles y aplicaciones de pago, como Bizum, en lugar de utilizar billetes o monedas. Sin embargo, este cambio tiene implicaciones más profundas, ya que los pagos digitales podrían suponer una mayor centralización de las finanzas y una posible pérdida de privacidad financiera. Además, la dependencia de las plataformas digitales podría crear vulnerabilidades si surgen problemas técnicos, como una caída de la red o un ataque informático masivo.

Monedas, billetes, piedras y conchas en la arena

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Monedas, billetes, piedras y conchas en la arena

El futuro parece estar claramente encaminado hacia una Europa sin céntimos, pero esta transición requiere de ajustes, tanto en la mentalidad de los consumidores como en la infraestructura de los comercios. Si bien el coste de producción de las monedas pequeñas es innegable, el debate sobre su eliminación continúa siendo un tema polarizador en la zona euro.

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