De Prado refuerza su huella en Andalucía con la integración de más de 3.400 hectáreas y una nueva almazara
La operación, anunciada en julio de 2025, refuerza su modelo de integración vertical y la capacidad de molturación del grupo

Grupo De Prado, productor de aceite de oliva virgen extra
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Grupo De Prado, uno de los productores de aceite de oliva virgen extra referentes internacionales, también en aceituna de mesa y almendra, ha reforzado en 2025 su posición en el sur peninsular con una de las mayores operaciones del sector agroalimentario español. Según publicó Mercacei, la compañía ha adquirido más de 3.400 hectáreas de olivar y almendro, junto con el 100 % de la almazara de Algosur, situada en Lebrija (Sevilla).
La planta, una de las de mayor capacidad de Europa, puede procesar hasta 130.000 toneladas de aceituna por campaña, lo que permitirá a De Prado aumentar su capacidad total de molturación y fortalecer su red industrial en Andalucía, una de las regiones clave para el grupo.
Una operación estratégica en el corazón del olivar andaluz
Con esta integración, De Prado amplía su presencia agrícola en una de las zonas de mayor productividad olivarera de Europa, reforzando el eje entre Andalucía y el Alentejo portugués. La compra permitirá reducir desplazamientos de materia prima, optimizar tiempos de recolección y molturación, y garantizar una mayor consistencia en la calidad del aceite.
“La integración de nuevas fincas y capacidad industrial es clave para seguir asegurando la trazabilidad y la eficiencia que caracterizan nuestro modelo productivo”, señalan fuentes de la empresa.
Esta adquisición se suma a la estructura industrial existente, que incluye cinco almazaras con una capacidad máxima conjunta de hasta 10.000 toneladas diarias y dos plantas de descascarado de almendra con capacidad de 240 toneladas diarias.
Integración vertical y trazabilidad total
El modelo De Prado se basa en una integración vertical completa: desde el vivero y la gestión agronómica, hasta la molturación, envasado y exportación. Esta estructura permite controlar todos los factores que influyen en la calidad del AOVE, como el tiempo entre cosecha y molturación, la temperatura de batido, la separación de lotes por parcela y el almacenamiento en atmósfera inerte.
El grupo gestiona actualmente más de 30.000 hectáreas distribuidas entre España, Portugal, Chile y Estados Unidos, y opera con una capacidad de molturación superior a 200 millones de kilos de aceituna al año, según datos de Murcia Economía.
“Controlar cada fase del proceso es lo que nos permite mantener una calidad homogénea y ofrecer servicios industriales a terceros con los mismos estándares que aplicamos a nuestros propios aceites”, explican desde De Prado.
Eficiencia, innovación y sostenibilidad
Además del aumento de capacidad, la compañía mantiene su compromiso con una agricultura sostenible y medible, basada en el riego de precisión, la monitorización de humedad y nutrientes, y la recuperación de subproductos como fuente de energía o compostaje.
Las nuevas fincas integradas en Lebrija aplicarán los mismos protocolos de eficiencia hídrica y manejo de cubierta vegetal que el grupo ya utiliza en Portugal y Chile, con resultados positivos en la mejora del suelo y la reducción del consumo de agua.
La almazara de Lebrija incorporará también sistemas de control digital y sensores de rendimiento en línea con el plan de transformación tecnológica que De Prado está implementando en sus centros de producción.
Impacto local y cadena de suministro
La operación en Lebrija supone un impacto directo en empleo rural y servicios auxiliares. El mantenimiento de las fincas, la recolección, el transporte y la gestión industrial consolidan puestos de trabajo y dinamizan la economía del Bajo Guadalquivir.
Asimismo, De Prado refuerza su papel como proveedor y socio industrial para empresas y cooperativas que utilizan su red de almazaras para la molturación o almacenamiento, aportando estándares técnicos y trazabilidad.
Un paso más en una estrategia global
Con esta adquisición, De Prado da continuidad a su plan de crecimiento sostenible, centrado en eficiencia, diversificación y control integral de la cadena de valor. La reciente ampliación de su almazara de Vendinha (Portugal) —que elevó la capacidad de almacenamiento a 14.000 toneladas de aceite— completa un año de expansión tanto en el eje ibérico como internacional.
“El futuro del aceite de oliva pasa por estructuras integradas, transparentes y sostenibles. Nuestra prioridad es crecer manteniendo la calidad y la confianza de quienes apuestan por nuestro producto”, concluyen desde el grupo.