Más personal especializado, más formación y nuevos materiales para descontaminación y la detección del coronavirus. La Unidad Militar de Emergencias se prepara por si fuera necesaria su intervención para frenar una segunda oleada de contagios de COVID-19 en España. “Estamos preparados para -de nuevo- constituir esa estructura que pusimos en Balmis I y volver a ponerla a disposición del comandante de Mando de Operaciones y del Jefe del Estado Mayor de la Defensa”, ha explicado el teniente coronel Javier Moreno, jefe de la Sección de Planes del Estado Mayor de la UME. Cuenta a COPE que están “reforzando las unidades con personal especializado en este tipo de riesgos, personal del grupo de intervención de riesgos tecnológicos está con nuestros compañeros de los batallones distribuido por toda la geografía española”. Además, ahora tienen más reservas de equipos de protección individual, y están “aumentando la formación del personal a través de la Escuela Militar de Emergencias para disponer de más personal capacitado para el empleo de biocidas, nebulizadores, etc”. Asegura el teniente coronel Moreno que siguen dotándose “de materiales concretos que fueron muy útiles durante la pasada operación, como nebulizadores, cañones nebulizadores, pulverizadores ligeros, tiendas de biocontención; teníamos un laboratorio portátil de identificación PCR y ahora a finales de agosto tendremos otro fijo”. Y también han adaptado medios, “por ejemplo, parte de la grifería de las autobombas que utilizamos en los incendios forestales las adaptamos para poder nebulizar”, señala.

El jefe de Planes de la UME afirma que en la Unidad Militar de Emergencias tienen “un grado de disponibilidad bastante elevado y eso hace que en el plazo de 24 horas unos 1.000 efectivos estarían desplegados por toda la geografía, y en 48 horas podríamos llegar hasta 1.500 sobre el terreno; aparte tendríamos el personal que se dedica a la logística, al mando y control y demás”. Dice que podrían “simultanear sin mayores problemas” la lucha contra la pandemia y la campaña contra incendios porque “el personal especializado en riesgos tecnológicos no participa en la campaña contra incendios, y los tenemos perfectamente disponibles y focalizados en este tipo de riesgos biológicos”.

En la Operación Balmis -que duró 98 días- la UME llevó a cabo 8.000 intervenciones, principalmente desinfecciones, también presencia en localidades, traslados de enfermos y de fallecidos.