ILUSTRACIÓN INFANCIA (Crónica)
"¡Y todavía dibujan!", una crónica de la Guerra Civil contada por sus niños
No es inusual que arte e Historia se fusionen, pero sí lo es cuando los protagonistas de este binomio son niños que describen los horrores de una guerra a través de ilustraciones que reflejan la dureza de un conflicto como la Guerra Civil española, testimonios que recoge y rescata del olvido el libro "¡Y todavía dibujan!". ,La obra es una traducción al español de los sesenta dibujos infantiles de la Guerra Civil Española recogidos en "They Still Draw Picture
Publicado el - Actualizado
4 min lectura
Ana Gómez Reyes
No es inusual que arte e Historia se fusionen, pero sí lo es cuando los protagonistas de este binomio son niños que describen los horrores de una guerra a través de ilustraciones que reflejan la dureza de un conflicto como la Guerra Civil española, testimonios que recoge y rescata del olvido el libro "¡Y todavía dibujan!".
La obra es una traducción al español de los sesenta dibujos infantiles de la Guerra Civil Española recogidos en "They Still Draw Pictures!", la edición estadounidense de Joseph Weissberger que en 1938 acompañó a una exposición en Nueva York y que, además, cuenta con una introducción de Aldous Huxley.
Su tardía llegada a España 81 años después se debe a una cuestión de "olvido histórico" más que a una razón política, según explica a Efe Leticia Fernández-Fontecha, la traductora y prologuista de esta nueva edición publicada por la editorial La uÑa RoTa.
"Hay fuentes que se pierden sobre todo si nunca llegaron a las librerías. El libro del 38 no se publicó como tal, sino que acompañaba a la exposición que se hizo en Nueva York, por lo que después de la guerra cayó en el olvido y estaba en el archivo esperando ser rescatado", añade.
Así, el proyecto trae de vuelta a España sesenta de las miles de ilustraciones que retrataron la barbarie de la guerra a través de la mirada de sus víctimas infantiles, algunas de las cuales siguen vivas actualmente, como María Durán Gratacós, según cuenta Fernández-Fontecha.
Esta edición recoge cómo la capacidad artística de estos menores que vivían una guerra fascinó al intelectual Aldous Huxley, que en la introducción de la edición original calificaba los dibujos de los niños de "una sensibilidad polifacética que abarca todos los aspectos del arte pictórico", debido en parte, a la fuerza colorista que estos pequeños artistas empleaban.
Esa "fuerza para la expresión psicológica y dramática" de la que hablaba Huxley está relacionada con los aviones, que aparecen en un gran número de dibujos y que constituyen "el símbolo de la civilización contemporánea", según el estadounidense autor de "Un mundo feliz".
Toda esa colección de dibujos, en su mayoría identificados, salieron de un proyecto llevado a cabo en las colonias escolares, creadas por el Ministerio de Instrucción Pública (MIP), y cuya organización estaba en manos de la psicóloga Regina Lago.
Estos testimonios infantiles aterrizaron mucho antes en Estados Unidos que en España, precisamente porque éstos formaban parte de un proyecto propagandístico que el gobierno de la República llevó a cabo entre 1937 y 1938 para conseguir el apoyo internacional.
Y de este apoyo de las brigadas internacionales que recibió el gobierno de la República, Fontecha destaca que la exposición neoyorquina del 38 fue "importante a la hora de dar visibilidad a la causa republicana en Estados Unidos, a la vez que visibilizó la situación que vivían los niños y conseguir apoyo para las colonias".
Fue el coleccionista de arte Joseph Weissberger, editor de la tirada original "They Still Draw Pictures!" y comprometido con el bando republicano, quien llevó a cabo una muestra homónima ese mismo año en Nueva York después de que su paso por España en 1937 le llevase a recopilar varios dibujos en nombre de la "Spanish Child Welfare Association" (Asociación Española de Defensa de la Infancia), tal y como recoge el prólogo del libro.
Sin embargo, el proyecto llegó de forma inesperada al campo de la psicología. "Podríamos hablar de un antes y un después en lo que tiene que ver con el uso terapeútico de los dibujos con niños que viven una guerra", explica Fontecha respecto al trabajo de Regina Lago en las colonias escolares.
En ese sentido, y según Fontecha, el trabajo de Lago fue "pionero", ya que esta forma de terapia se empezó incorporar en conflictos que vinieron después.
A través de 624 dibujos que hablaban del antes, durante y después de la guerra, Lago materializó sus observaciones en el artículo "La Guerra a través de los Dibujos Infantiles", un análisis de la evolución mental y emocional de sus autores basándose en el carácter narrativo de las imágenes.
"La imaginación de niños y niñas aún se mueve libremente (...)", con estas palabras finalizaba Huxley las notas escritas a finales de la década de los 30, un halago a estos artistas "víctimas de la demencia que se extiende por el mundo". Un afirmación que, para Fontecha, resume "cómo incluso dentro de un contexto de barbarie los niños resisten a través de la imaginación y el dibujo".