El Teatro de la Zarzuela inaugurará los días 10 y 12 de septiembre su temporada 21/22 con "Circe", que lleva más de un siglo sin representarse pese a que llegó a ser considerada "cimiento y base de la ópera española" y que descubrirá a un Ruperto Chapí inédito.

"Es una obra imprescindible para comprender la música española de aquella época, sobre todo a un compositor que todos creemos conocer, pero que sin 'Circe' es un autor incompleto", ha dicho hoy quien llevará la batuta del concierto, el maestro Guillermo García Calvo, director titular de este espacio lírico.

Según ha destacado, "esta obra parece de otro", como si Chapí (1851-1909) fuese "un Picasso que se transmuta con cada obra", en ese caso recogiendo muchas tendencias internacionales de la época pero desde su propio prisma, siendo "tremendamente intuitivo e inteligente".

"No encontraremos música española y eso también es una grandeza, que pueda componer como un autor europeo, pero con su sello y personalidad", ha insistido, al destacar por ejemplo "seciones larguísimas que se superponen, sin números cerrados, lo que llamamos una ópera durchkomponiert".

En ese sentido, ha remarcado el influjo wagneriano, aunque con un uso "muy sutil y nada pedante" de los "leit motiv", "siempre en unión con el libreto o las voces".

Tras agredecer el papel fundamental del profesor Emilio Casares en su labor de investigación para la recuperación de esta partitura, García Calvo ha destacado asimismo el uso de unos "efectos acústicos inauditos en nuestro repertorio" y el de un lenguaje romántico que oscila entre pasajes muy diatónicos para la ambientación y otros muy cromáticos para reflejar las emociones de los personajes.

Obra histórica en la corriente de la ópera de finales del siglo XIX como "Sansón y Dalila", de Camille Saint-Saëns, o "Los Hugonotes", de Giacomo Meyerbeer, "Circe" se presenta "llena de poesía de principio a fin" a partir de uno de los cantos de "La Odisea" de Homero y "El mayor encanto, amor" de Pedro Calderón de la Barca, con libreto de Miguel Ramos Carrión.

A este respecto, "lo más conseguido en la partitura es el ambiente ancestral, casi mitológico, de esa Grecia antigua, cómo consigue describirlo desde la primera nota", ha destacado García Calvo, antes de compararlo con "Edipo", de George Enescu, "otra ópera inclasificable pero que capta el momento".

Sorprende por todo ello que la obra haya permanecido sin representarse desde hace más de un siglo. "Ahora mismo no queda ningún ser vivo en el mundo que la haya escuchado", ha subrayado el director de este espacio escénico, Daniel Bianco, sobre una pieza que se estrenó el 7 de mayo de 1902 en Madrid y que sonó por última vez un año después en el Teatro Colón de Buenos Aires.

Este "título capital" sirvió además para inaugurar el Gran Teatro Lírico de la capital española, "un Titánic" del género "creado para poder detener la influencia de la ópera francesa e italiana que dominaba la cartelera de la ciudad".

Su retorno ahora al Teatro de la Zarzuela en versión concierto, con la orquesta y coro al completo, cumple el "pilar" que se propusieron de "preservación, recuperación, revisión y difusión de nuestro patrimonio lírico", ha dicho Bianco.

Con la ausencia de Saioa Hernández, que interpretará el papel de Circe, en su presentación han comparecido también hoy Alejandro Roy (Ulises), Rubén Amoretti (Arsidas) y Marina Pinchuk (Juno/Aquiles), esta última en sustitución de última hora de Pilar Vázquez por problemas de salud.

"Chapí siempre es exigente para el cantante, pero en este caso no tiene nada que ver con lo oído de él. Es algo más internacional, se ve la influencia de compositores franceses y de la escuela wagneriana", ha ratificado Roy.

El tenor, quien ya en el pasado asumió otro papeles de este compositor, ha confesado como curiosidad que para la asunción de su Ulises ha tomado como modelo al actor Kirk Douglas, "con esa cosa alegre que le daba", con una vena a la vez "muy heroica", en la línea del protagonista masculino de "Sansón Y Dalila".