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Tana French: "Me siento feliz y cómoda fuera de la zona de confort"

La escritora Tana French abandona en su octava novela, "El explorador", la brigada de homicidios de Dublín y traslada al lector hasta un pequeño pueblo perdido del oeste de Irlanda, en una historia con aires de western, porque, según ha dicho este viernes, le gusta cambiar de registro.,En un encuentro telemático con periodistas, la autora, nacida en Vermont (Estados Unidos), ha reconocido que durante años pensó que ubicaría todas sus tramas en la capital irlandesa, la ci

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 14:37

La escritora Tana French abandona en su octava novela, "El explorador", la brigada de homicidios de Dublín y traslada al lector hasta un pequeño pueblo perdido del oeste de Irlanda, en una historia con aires de western, porque, según ha dicho este viernes, le gusta cambiar de registro.

En un encuentro telemático con periodistas, la autora, nacida en Vermont (Estados Unidos), ha reconocido que durante años pensó que ubicaría todas sus tramas en la capital irlandesa, la ciudad que más conoce del mundo, pero no quiere quedarse "atrapada en escribir el mismo libro una y otra vez, no quiero caer en esa trampa".

Por el contrario, dice sentirse "más feliz e incluso cómoda fuera de mi zona de confort y, por ello, he querido que este libro ocurriera en una zona rural, que además adoro, en el oeste de Irlanda, a donde iba en mi infancia".

Publicada en castellano por AdN, en la novela relata lo que le ocurre en esta zona al retirado policía de Chicago Cal Hooper, un hombre, que, tras un doloroso divorcio, compra a través de internet una casa destartalada en un lugar recóndito de la Irlanda más rural porque lo único que quiere es iniciar una vida nueva, que le permita dejar atrás sus demonios.

De su pasado, además de pesarle el final de la relación con su esposa, no puede olvidar que dejó de ser agente después de que un compañero suyo disparara a un adolescente negro, al que ambos perseguían, y él apoyara la versión del uniformado, a pesar de no tenerla muy claro.

French, que se afianzó hace más de una década en el ámbito de la literatura con su primer título, "El silencio del bosque", tras dejar una carrera como actriz, ha rememorado que tiempo atrás leyó una novela de Larry McMurtry, "Paloma solitaria", y pensó que este tipo de literatura relacionada con el western podía tener concomitancias con el agreste oeste irlandés, que "exige dureza física y mental".

En estos pueblos, considera la escritora, "la gente debe establecer sus propias leyes, en un microcosmos en el que todo se intensifica y magnifica. En una ciudad puedes estar al margen de la gente, pero en estos pequeños pueblos es imposible no tener relación con tus vecinos".

Cal Hooper, que será visto en un primer momento como un forastero, lo sabrá en seguida, porque al poco de establecerse en el pueblo, el joven Trey irá a verlo para pedirle ayuda, puesto que su hermano ha desaparecido, algo que parece importarle a poca gente.

No es la primera vez que French incluye en sus relatos una desaparición, al entender que a los humanos "nos apasionan los misterios en la literatura de género, que haya hechos que no entendamos y descubrir qué ocurre con estos misterios".

"Las desapariciones -agrega- son más misteriosas que los asesinatos, porque no sabes exactamente qué ha pasado, no sabes si la respuesta está cerca o lejos, si va a provocar otras cosas y esto es fascinante".

La novela, por otra parte, le permite mostrar la complejidad humana, la moralidad, e igual que ocurre en los westerns, lo que quería era exponer todo ello.

Su nuevo personaje literario, Cal Hooper, cree que es una persona decente, pero "con el divorcio y su llegada al pueblo en su jubilación se da cuenta de que las cosas no son tan sencillas, de que ha perdido códigos morales".

Como en las novelas del Oeste norteamericano o en las películas que transcurren en estos territorios, más que pesar las palabras lo que sobresalen "son las acciones, cada uno es lo que hace, eso es lo que te convierte en la persona que eres y aquí, cuando aparece Trey, que busca a su hermano menor, a Cal se le complica todo".

Defendiendo que las novelas hablen siempre de la sociedad en la que transcurren, Tana French ha comentado que en este último año no ha podido escribir tanto como hubiera deseado, porque ha pasado el confinamiento en casa con sus dos hijas pequeñas y ello ha comportado dedicarles mucha atención.

Sin embargo, está dándole vueltas a que Cal y Trey vuelvan a aparecer en un nuevo libro, porque "creo que en su relación hay mucha chicha y, aunque no era la intención inicial, disfruté mucho con 'El explorador' y ahora estoy con una secuela para ver hacia dónde irán los dos personajes".

Respecto a si este tiempo de pandemia quedará, de alguna manera, reflejada en novelas futuras, French ha sentenciado que con lo que está durando, no tiene ningunas ganas de escribir sobre ello, pero "algo tan grande como lo está pasando los escritores lo acabaremos procesando, pero necesitamos tiempo, al menos cinco años o más".

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