CONCIERTO EL ROBE
El Robe resuena en Zaragoza con canciones para vivir el momento
Inés Escario
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Inés Escario
Poco importa si son canciones de ayer -las del emblemático grupo Extremoduro- o de hoy -las del proyecto en solitario de quien fuera su líder-, porque la música de El Robe ha resonado con intensidad en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza, ante un público que ha aceptado con ganas el reto del músico extremeño de, simplemente, disfrutar el momento.
Por algo la gira se llama Ahora es cuando y por algo gran parte de los aproximadamente 6.000 asistentes a la cita han esperado pacientemente para asistir a este concierto, previsto para las Fiestas del Pilar, y que se canceló hasta este viernes.
Así que la expectación contenida ha desbordado al fin cuando el compositor placentino ha saltado al escenario arropado por la ovación del público y por la sólida banda que le acompaña en su proyecto en solitario.
Ha sido con una canción perfecta para el lucimiento de cada uno de los instrumentos, Del tiempo perdido, que ha hecho las veces de presentación, pero también de declaración de intenciones.
Si lo olvido, recuérdamelo, que yo soy poeta y que mi vida la escribo en hojas en blanco; puede que haga bien, puede que en remar contra la corriente, ha cantado el ex líder de Extremoduro, en este tema de su segundo álbum en solitario, Destrozares, canciones para el final de los tiempos, al que ha dedicado gran parte de la introducción. .
Ante unas todavía tímidas salpicaduras de luces telefónicas, ya tan habituales en los conciertos, Robe Iniesta ha pedido a su público que esté atento y no se pierda nada: Disfrutad del momento, porque sois vosotros, estáis aquí y ahora es cuando.
Entonces, se ha situado Por encima del bien y del mal, antes de cantar Por ser un pervertido, de la que ya ha advertido -antes de entonar las primeras estrofas acariciado por el sonido del saxo- que no habla de hombres ni de mujeres; habla de amor y de sexo.
La fiesta que acabaría siendo el concierto, todavía no se sospechaba cuando ha comenzado a sonar La canción más triste, con un directo hipnótico por la desgarradora interpretación de El Robe y el acompañamiento de su virtuoso violinista Carlitos Pérez.
Después han sonado los primeros acordes de Si te vas, esta sí, de la extinta banda Extremoduro, y las pantallas de los móviles han brotado al fin abundantemente, cual campo de amapolas.
Y es que, como confesó El Robe en una entrevista a Efe al inicio de la gira, es por sus seguidores que no puede dejar de tocar temas de su etapa con su antiguo grupo, referente del rock transgresivo.
Por eso, ya en la primera parte del concierto ha sido fiel a composiciones como Mi corazón, el conocido Segundo Movimiento de la Ley Innata o El camino de las utopías, del último álbum que grabó Extremoduro en el 2013.
Y tras estos guiños para los nostálgicos, la banda ha vuelto al presente con su nuevo single, Inintelegible, un adelanto del próximo disco de este proyecto de Robe Iniesta en solitario, que está previsto que vea la luz a finales del año que viene.
Tras el descanso habitual en los conciertos de El Robe, ha llegado el momento de lucir su disco más reciente, Mayéutica (2021), una singular obra obra que consta de cuatro movimientos, con interludio y coda.
Un álbum pensado para escuchar del tirón, tal y como lo han interpretado El Robe y su banda, respetando los momentos más reflexivos e intimistas de las canciones que los componen y exacerbando sus puntos álgidos, para disfrute de los asistentes.
Y para los bises, vuelta a los orígenes con la artillería pesada de Extremoduro: Jesucristo García, 'Puta' y Ama, ama, ama y ensancha el alma, con la que suele despedirse de su público.
Tras casi cuarenta conciertos desde el inicio de la gira en junio, en Cáceres, los seguidores de Robe todavía tendrán la oportunidad de disfrutar del momento en Las Palmas de Gran Canaria, San Cristóbal de la Laguna (Tenerife) y, como última ocasión este año, en el Wizink Center de Madrid.