La bailarina y coreógrafa Luz Arcas da el salto a la dirección con una obra en la que la palabra y el movimiento se conectan, donde el cuerpo y la mente son el centro de todo, "Psicosis 4.48", la perturbadora obra de la británica Sarah Kane.

En "Psicosis 4.48" Sarah Kane alude a la hora en la que se cometen más suicidios, según las estadísticas en Reino Unido en el momento en el que escribió el texto, que habla de la depresión, del desamor y de la falta de adaptación social.

"El cuerpo ha estado todo el tiempo en movimiento, conectado a la palabra", ha señalado Luz Arcas (Málaga, 1983) este martes, durante la presentación en el madrileño Teatro Español donde se estrenará este miércoles y permanecerá hasta el 2 de julio.

Como no podía ser de otra manera, Arcas infunde al texto partes muy corporales que sientan las bases y los puntos clave del trabajo interpretativo.

"Ese cuerpo que no se puede levantar, que siente el peso en la cama, y cómo ella se va planteando todos sus fracasos; un texto que expresa cómo un cuerpo que cae forma parte de una mente lúcida hipersensible", señala Arcas.

Directora, actriz y dramaturga, Sarah Kane (Reino Unido, 1971-1999) pinta, en esta obra póstuma, un texto de despedida, un relato crudo de vida, que va desde el ámbito sentimental al político.

La autora, que se suicidó a los 28 años, realiza una reflexión profunda sobre el mal como parte esencial de la condición humana, de la que ella tampoco pretende salvarse, dominada por sentimientos de culpa y autocastigo.

"El lenguaje deja a los personajes sin palabra", dice Natalia Huarte, protagonista de la obra, que le parece "de una inteligencia muy grande", en la que "cuanto más intensidad hay, más diluida está la palabra".

Para Luz Arcas el movimiento es un estado "fundamental porque está ligado a la palabra. Hay que liberarse del prejuicio razón-cuerpo-mente".