La coreógrafa Sasha Waltz presenta en el Teatro Real la ópera coreográfica "L'Orfeo", de Claudio Monteverdi, una obra creada en 2014 y ahora renovada, y que le impulsa a señalar que "nace un nuevo L'Orfeo" en el Teatro Real".

Durante la presentación de la ópera este viernes, Sasha Waltz (Alemania, 1963) ha reseñado que aunque las voces de los protagonistas, Orfeo y Esperanza, sigan siendo las mismas, también hay solistas nuevos "que le dan una nueva vida".

Además, por primera vez, los bailarines cantan y los cantantes bailan y ha habido cambios en el vestuario, que en esta ocasión está ambientado en los años 30 y 40 del siglo pasado.

Sasha Waltz integra en sus producciones la danza, el canto y música de manera que se crea una ópera coreográfica, en esta ocasión con la partitura del compositor italiano, que en su tiempo planteó que teatro y música podían ser aliados.

"Siento mejor mi propia obra que cuando la creé porque he alcanzado mayor profundidad. Tras el covid hay un mayor entendimiento de cuándo hay que celebrar la alegría", por lo que considera que la pieza es más relevante que nunca.

Una ópera con la que trata de derribar fronteras, pero no crear un efecto impactante, prefiere concentrarse en la ternura.

Una obra que habla de la reflexión sobre "nuestra existencia, sobre lo que significa la vida y la muerte", indica, por lo que no ha perdido sentido; es contemporánea porque "nos recuerda que somos seres humanos y nos enfrentamos a un destino".

Leonardo García Alarcón dirigirá la partitura que Monteverdi creó "como un laboratorio de las emociones y un desarrollo en el lenguaje musical", al romper con los códigos del contrapunto.

Advierte que el compositor convirtió "L'Orfeo" en una "obra de arte total, es el adn mismo de la ópera y marcó los ideales de todas la óperas a venir".

Asegura que quiso demostrar que la música está asociada a las memoria y las emociones, "a las pulsiones básicas del ser humano como el amor, el odio o la guerra".

Aunque ha sido "complejo" insertar varios lenguajes dentro de la ópera, admite que siente que le falta algo cuando interpreta una versión de "L'Orfeo" sin bailarines.

"Es una partitura para ser bailada. Todo es parte del discurso y ha sido un objetivo y un desafío", puntualiza García Alarcón, quien considera que la versión de Waltz es la más próxima a las intenciones del compositor.

En su debut en el Real, el director de orquesta argentino asegura que Monteverdi utilizó todos los estilos existentes para poder comunicar, "no deshecha nada", una razón por la que invita a los jóvenes a hacer lo mismo. "Si viviera hoy iría a observar qué es el rap, el blues o el flamenco."

La ópera se representará entre el 20 y 24 de noviembre con un elenco compuesto por el barítono Georg Nigl (Orfeo), la soprano Julie Roset (Euridice/La Música), la mezzosoprano Charlotte Hellekant (Mensajera/La Esperanza), el bajo Alex Rosen (Caronte) y el bajo barítono Konstantin Wolff (Plutón).

El Real ha previsto actividades paralelas vinculadas a esta ópera como un análisis del mito de Orfeo: "La larga sombra de Orfeo", el 22 y 23 de diciembre, en el Círculo de Bellas Artes; la Fundación Pastor acogerá dos conferencias, el 22 y el 29 de noviembre, "El mito de Orfeo y el orfismo: origen, desarrollo y pervivencia" y en Conde Duque una charla concierto "Orfeo Barroco", el 30 de noviembre.