Muere la actriz Claudia Cardinale a los 87 años, icono del cine italiano
Ha fallecido en la región de París, en Francia, donde vivía, y deja para la historia clásicos como 8½ e Il gatopardo con los que rivalizó con Brigitte Bardot

La actriz italiana Claudia Cardinale en una escena de película, Italia, década de 1960.
Madrid - Publicado el
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La leyenda del cine italiano, Claudia Cardinale, ha muerto a los 87 años en la región de París, donde residía desde hace décadas. La noticia ha sido confirmada a la agencia AFP por su representante, que ha puesto fin a los rumores que circulaban en los últimos días sobre su delicado estado de salud.
Cardinale, cuyo nombre quedó grabado en la memoria de generaciones de cinéfilos, fue considerada en los años sesenta como la gran rival de la francesa Brigitte Bardot, aunque ella siempre negó cualquier enfrentamiento entre ambas. Su estilo, marcado por una belleza mediterránea y una fuerza interpretativa inigualable, la convirtió en un icono internacional.
El salto al estrellato
Aunque había soñado con ser maestra, su vida cambió en 1957 cuando ganó el concurso La chica italiana más bella de Túnez, su país natal, en el seno de una familia de padres sicilianos. A partir de ahí, el cine la atrapó para siempre.
Un año más tarde debutó con fuerza en Los desconocidos de siempre (1958), dirigida por Mario Monicelli y compartiendo cartel con figuras de la talla de Marcello Mastroianni y Vittorio Gassman. Esa interpretación fue el trampolín que la situó entre las jóvenes promesas de Italia y le abrió la puerta a una carrera que se extendería durante cinco décadas.
Clásicos que hicieron historia
La filmografía de Claudia Cardinale es extensa y variada, con títulos que forman parte del patrimonio del séptimo arte. Entre los más reconocidos figuran:
- Rocco y sus hermanos (1960)
- 8½ (1963)
- Il gatopardo (1963)
- La pantera rosa (1964)
- Sandra (1965)
- Blindfold (1965)
- Fitzcarraldo (1982)
- Mi enemigo íntimo (1999)
Estos largometrajes confirmaron su estatus de estrella, tanto en Europa como en Hollywood, donde también se abrió un camino en un momento de gran competencia para las actrices extranjeras.
Una mujer sin artificios
Más allá de las cámaras, Claudia Cardinale mantuvo siempre una postura firme sobre su imagen personal. "Me reconozco y es suficiente, nunca he querido retoques ni cirugía plástica", confesaba en entrevistas durante sus últimos años de vida, dejando claro que la autenticidad era su sello.
También tuvo un vínculo inesperado con la música. Su imagen apareció en la primera edición del disco Blonde on Blonde (1966) de Bob Dylan, aunque sin su consentimiento. El malentendido obligó a retirar la fotografía en posteriores tiradas del álbum.
Hoy, el cine europeo despide a una de sus figuras más queridas, una actriz que supo trascender modas, que marcó a varias generaciones y que deja una huella imborrable en la historia cultural del siglo XX.