CINE SEMINCI (Entrevista)
Giménez-Rico: Las ayudas "son imprescindibles" para la subsistencia del cine
El cine europeo y el iberoamericano, entre ellos el español, aún no han sucumbido al sempiterno intento de la industria norteamericana por hacerse con todas las salas y puntos de exhibición, en gran medida debido a la existencia de las "imprescindibles ayudas estatales", ha analizado hoy el director Antonio Giménez-Rico.,"El cine español, como ha ocurrido toda la vida, sigue teniendo miles de problemas por una razón fundamental, que también pasa en todo el ámbito europ
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El cine europeo y el iberoamericano, entre ellos el español, aún no han sucumbido al sempiterno intento de la industria norteamericana por hacerse con todas las salas y puntos de exhibición, en gran medida debido a la existencia de las "imprescindibles ayudas estatales", ha analizado hoy el director Antonio Giménez-Rico.
"El cine español, como ha ocurrido toda la vida, sigue teniendo miles de problemas por una razón fundamental, que también pasa en todo el ámbito europeo e iberoamericano, y es que tiene que competir con el gran cine norteamericano, que avasalla y se queda con toda las salas", ha añadido en una entrevista con la Agencia Efe.
Las "imprescindibles ayudas estatales" han impedido ese proceso de absorción: "Aún no lo ha conseguido pero sigue intentándolo", ha advertido el director y guionista Antonio Giménez-Rico (Burgos, 1938) antes de recoger esta tarde una Espiga de Honor de la 63ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) como homenaje a su trayectoria.
Una veintena de películas comprendidas entre el mediometraje "Mañana de domingo" (1966) y "El libro de las aguas" (2008) llevan la firma de un realizador "retirado del mundanal ruido" desde hace una década, "absolutamente fuera" de la industria cinematográfica y dedicado a "ver los toros de la barrera".
Al echar la vista atrás se considera "un verdadero privilegiado" por haber encontrado siempre un productor para sus películas y siente el orgullo de haber contribuido al lanzamiento de actores y actrices como Lydia Bosch ("El disputado voto del señor Cayo"), Aitana Sánchez-Gijón y José Coronado ("Jarrapellejos") o Maribel Verdú ("Soldadito español").
"He tenido buena vista para elegir actores que luego se han consolidado en carreras de prestigio como José Coronado, que era un jovenzuelo cuando debutó en 'Jarrapellejos' y ahora es uno de los primerísimos", ha evocado con orgullo.
Dueño de una filmografía caracterizada por las adaptaciones literarias de autores como Miguel Delibes ("Retrato de familia", "El disputado voto del señor Cayo", "Las ratas"), Felipe Trigo ("Jarrapellejos"), Torcuato Luca de Tena ("Primer y último amor") y Alejandro López Andrada ("El libro de las aguas"), se considera ante todo un narrador.
"Me ha apasionado siempre contar historias, contarlas bien. Siempre he defendido mi capacidad para hacerlo", ha subrayado este director, para quien la adaptación resulta siempre "más complicada que la elaboración de un guión original porque exige el compromiso de no traicionar al autor", ha analizado.
Tambien ha recordado el riesgo de recibir encargos ajenos, "para los que nunca se me han caído los anillos", y expresado en este punto su admiración por el cine mexicano y en concreto por la figura del español Luis Buñuel, que en ese país desarrolló el grueso de su obra.
"Le encargaban un proyecto y él, con su solo talento y su punto de vista lo convertía en una película extraordinaria", ha explicado.
Antonio Giménez-Rico recibió en 1986 la Espiga de Plata del festival de Valladolid por "El disputado voto del señor Cayo", filme que abrió la edición de ese año al igual que hizo en la de 1997 con "Las ratas", en este caso fuera de concurso.



