El compositor Josep Maria Mestres Quadreny, muy relacionado durante toda su trayectoria con las artes visuales y referente de la vanguardia catalana, ha fallecido a los 91 año, según ha informado la Fundació Joan Brossa, de la que había sido presidente.

"Hoy decimos adiós a la música visual, a los ojos llenos de luz de un sabio del patrimonio musical catalán, Josep Maria Mestres Quadreny", ha indicado la institución en su cuenta de Twitter y ha anunciado que en otoño de 2021 organizará un festival de música contemporánea internacional en el que se le rendirá homenaje.

Nacido en Manresa (Barcelona) el 4 de marzo de 1929, aunque pronto su familia se trasladó a la ciudad condal, Mestres Quadreny era autor de "músicas visuales", tal como calificaba él mismo su obra, caracterizada por una renovación permanente y por la incorporación de nuevas técnicas.

De formación científica, puesto que estudió ciencias químicas en la Universidad de Barcelona, en 1942 empezó sus estudios de solfeo y piano y en 1951 los de composición con Cristòfor Taltabull, que completó en 1957.

En 1951 conoció en una exposición de Dau al Set a Joan Ponç, Antoni Tàpies y Joan Brossa -de quien sería íntimo amigo- y empezó su colaboración con todos ellos, con un interés común que iba más allá de la música y la pintura, así como con otros artistas como Joan Miró, formando parte del patronato de su Fundación.

Desde muy pronto, investigó metodologías y sistemas de composición alternativos, más allá del dodecatonismo o el serialismo de mediados del siglo XX, y, ya en los años sesenta, estuvo en contacto con autores como Pierre Barbaud, uno de los pioneros de la composición por ordenador.

Sus primeras obras fueron "Sonata para piano", de 1957, y "Epitafis", de 1958; "Tríade per a Joan Miró", de 1961; "Quartet de catroc" (1962); "Antiodes" y "Diagodal", ambas de 1964, obras de tendencia serial, basadas en los procesos aleatorios.

Fue autor, asimismo, de la considerada primera composición de música electrónica de Cataluña, "Peça per a serra mecànica", así como de música escénica, especialmente junto a Joan Brossa, con títulos como "Suite bufa", de 1966; "L'armari en el mar", de 1978, y la ópera "Cap de mirar".

Compuso diferentes piezas para orquesta, cámara, instrumentos o música vocal hasta la primera década del siglo XXI.

Colaboró con Pere Portabella para componer la música de algunas de sus películas como "No compteu amb els dits" o "Nocturno 29".

Decano de los compositores catalanes, recibió en el año 2000 el Premi Nacional de Música, la medalla de honor de la Ciudad de Barcelona o la Medalla del FAD.

Había fundado el Conjunt Català de Música Contemporània, el Laboratori Phonos, el Grup Instrumental Català, junto con Carles Santos, o el Centre Robert Gerhard del Auditori de Barcelona.

Autor de libros como un "Vocabulari català de música". las memorias "Tot recordant amics", de 2007; "Pensar i fer música", donde expuso su filosofía musical, o "Tot muda de color al so de la flauta", de 2010.

En abril de 2006, en el Gran Teatro del Liceu se celebró el estreno absoluto de la ópera de cámara "El ganxo", que había compuesto en 1959 con libreto de Joan Brossa, una pieza creada como "antítesis" de las óperas de ese coso musical.

Comentó hace quince años que escribió la ópera cuando terminaba sus estudios musicales, a finales de los años cincuenta, un momento en que consideraba que en el Liceu el espectáculo "más interesante era el público, porque todo lo demás era muy kitch".

Pieza corta y con pocos cantantes y pocos instrumentos, creía que contaba con todos los ingredientes para que no se estrenara nunca en el teatro barcelonés y cuando ello ocurrió pensó: "Mira ya ha llegado el futuro".