CINE "COMPETENCIA OFICIAL"
"Competencia oficial", puesta en escena sofisticada y mucha carga radioactiva
Alicia G.Arribas
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Alicia G.Arribas
Los cineastas argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat, creadores de cintas tan divertidas como "El hombre de al lado" o "El ciudadano ilustre", confiesan en una entrevista con Efe que siempre piden a sus actores que actúen en sus películas como si hicieran un drama, por más cómica que pueda resultar la situación.
Ese punto de magia es el que marca definitivamente la desternillante narrativa de "Competencia oficial", una sátira ácida, salvaje y sumamente divertida que Duprat define como "una película de una puesta en escena muy sofisticada pero con mucha carga radioactiva dentro".
"Y pirotecnia", añade por su parte Cohn, quien precisa que todo ello se hace siempre "con la mayor estima por el espectador, porque sabemos que el nuestro es un espectador inteligente que sabe reírse" de sus propuestas: "Todas nuestras pelis parten de esa premisa", apunta.
Ambos directores estuvieron en Madrid esta semana junto a los actores principales de la cinta, Penélope Cruz, Antonio Banderas y Oscar Martínez, en una visita promocional con motivo del estreno de la película este viernes.
Los directores, autores también del guion de "Competencia oficial" junto al hermano de Duprat, Andrés, colaborador habitual en las exitosas películas que codirigen los argentinos, como "El hombre de al lado" o "Mi obra maestra", han contado a Efe que hace años que querían rodar con Antonio Banderas y Penélope Cruz (que ya habían trabajado juntos en varias películas de Pedro Almodóvar), y el deseo era mutuo.
El proyecto empieza hace cuatro años en la casa de Banderas en Londres, con un folio en blanco que fueron escribiendo en grupo. "No sabíamos qué íbamos a hacer hasta que pensamos en narrar el proceso de creación actoral, que no estaba visto en ninguna peli", señala Cohn.
"Cada uno puso su bagaje y su experiencia, así que nos nutrimos del aporte y de la complicidad del grupo. Ese aporte tenía que ser un poco maléfico para que la colisión funcionase. Sin ellos, habría sido otra película", apunta Duprat.
Gastón Duprat destaca que los actores "fueron muy generosos" porque "se expusieron mucho", pero a cambio, dice, "tuvieron una película donde pudieron actuar, porque no siempre en las películas el actor puede desarrollar su expertise actoral y la puesta en escena que teníamos les daba todavía más libertad para actuar. Creo que disfrutaron mucho", afirma.
Cohn añade que no querían "caer en el lugar común del género de 'la película que habla de la película'".
"Nosotros -asegura- tenemos como un desapego con el cine, porque no somos cinéfilos ni tenemos esa nostalgia por el celuloide ni ese cariño por los tachos de luces, entonces podíamos hacer una versión descarnada en la que, obviamente, necesitábamos a los actores para lograr ese tono de complicidad, pero tampoco queríamos hacer una comedia, eso estaba claro", insiste.
"Lo que nosotros pedíamos era que actuasen drama, si por cualquier motivo al final tiene que salir la risa porque no se aguanta la presión, pues que suceda. Pero en todas nuestras películas intentamos que los actores no actúen comedia por más que la situación pueda resultar cómica", explica Cohn, mientras Duprat agrega que eso "requiere también un cierto ejercicio del espectador", que debe tomar parte.
"Competencia oficial" parte del capricho de un multimillonario que quiere hacer una película para dejar huella; para ello, contrata a un equipo estelar formado por la inasequible cineasta Lola Cuevas (Penélope Cruz), reconocida como fenómeno mundial, y a los dos mejores actores del momento, dueños de un talento enorme, pero con un ego aún más grande.
Son el atractivo y seductor artista de Hollywood Félix Rivero (Banderas) y el actor de teatro radical, minucioso y perfeccionista Iván Torres (Oscar Martínez), dos leyendas cada uno en lo suyo, de caracteres absolutamente irreconciliables.
La directora decide llevarlos al extremo, obligándoles a realizar una serie de pruebas cada vez más raras para entrar en los roles que les tiene asignados, hasta que el enfrentamiento entre ambos se hace insoportable. El resultado es que cada una de las escenas resultan delirantes, quizá por ese toque personal de Duprat y Cohn de reírse seriamente de todo.
"Nosotros compartimos el gusto por las películas divertidas, sin que eso quiera decir comedia gruesa para toda la familia, de esas de la tele, no", concreta Duprat, quien defiende que "hay montones de películas de altísima sofisticación y a la vez muy divertidas; humildemente -añade- apuntamos a eso".
La película llegará a Argentina el 17 de marzo, al igual que en toda Latinoamérica, incluidos México y Brasil, y a EE.UU en junio.