Vuelve el calor extremo a España: ¿cuál es la temperatura máxima que puede soportar el cuerpo humano?
El ser humano está diseñado para funcionar dentro de un rango de temperaturas más estrecho de lo que se piensa

Varias personas se protegen del calor en Madrid
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El verano ya ha llegado y con él las altas temperaturas. Ya es algo normal superar los 40 grados en regiones de la península, sobre todo en Andalucía. Según expertos, el aumento de las temperaturas se debe principalmente al cambio climático, que modifica el patrón meteorológico a nivel mundial.
Pero, ¿hasta qué punto puede resistir el cuerpo humano el calor provocado por las altas temperaturas?
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El cuerpo humano está diseñado para funcionar dentro de un rango de temperatura más estrecho de lo que se piensa.
La temperatura interna óptima es de 37 grados centígrados debido al sistema de termorregulación. Es esencial que haya un equilibrio para que los procesos metabólicos funcionen correctamente. Sin embargo, este equilibrio es bastante vulnerable con temperaturas externas extremas.
El organismo de las personas recurre a la sudoración y la vasodilatación para enfriarse. Sin embargo, cuando la humedad ambiental es superior, ambos procesos son poco efectivos.
Por ejemplo, en lugares como Córdoba o Sevilla, donde las temperaturas durante el día rondan los 45 grados, se ha comprobado que ese calor combinado con la humedad, es una mezcla bastante peligrosa para la salud. Si la zona supera el 50% de humedad, el sudor no evapora de forma eficaz, lo que impide que el cuerpo se enfríe y se estabilice adecuadamente.

Termómetro callejero
¿Cúantos grados aguanta una persona?
El cuerpo humano tiene un límite muy claro para soportar el calor. Según investigaciones recientes, una persona joven y sana puede soportar hasta aproximadamente 46 grados centígrados en ambientes secos, siempre y cuando tenga acceso a zonas con sombras y agua.
El bulbo húmedo es un indicador que combina el calor con la humedad, marca el punto en el que el cuerpo deja de poder enfriarse mediante la sudoración y la vasodilatación. Los estudios científicos señalan que superar los 35 grados durante varias horas es algo letal, lo que equivale aprox. 30 grados con humedad casi total o 40 grados con humedad alta. Si se supera este rango, las probabilidades de recibir un golpe de calor aumentan considerablemente.

Imagen de recurso
Un golpe de calor se produce cuando la termorregulación del cuerpo falla y la temperatura interna supera los 40 grados. Este golpe puede dañar el cerebro con consecuencias irreversibles, el corazón e incluso los órganos internos. Algunos síntomas son tener la piel seca y caliente, mareo y taquicardia, si no son tratados lo antes posible, se puede llegar a la pérdida de la consciencia e incluso la muerte.
Con el aumento de las temperaturas en España, los sanitarios advierten de estar alerta de los primeros signos del golpe de calor, sobre todo en personas mayores, niños y personas con enfermedades crónicas, son las más vulnerables.
Factores que determinan la restistencia al calor
Aunque el cuerpo humano es sabio y tiene mecanismos naturales para resistir el calor, no todas las personas resisten igual las altas temperaturas. Algunos factores determinantes son la edad, el estado físico, la aclimatación y el acceso a agua. Las personas que viven en regiones más frías pueden sufrir antes los efectos del calor, porque no están acostumbrados a ese entorno.
Las personas que tomas medicamentos diuréticos (ayudan a eliminar el exceso de líquidos) o betabloqueantes (relacionadas con el corazón y el sistema cardiovascular) son más propensos a sufrir problemas de salud relacionados con el calor.
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¿Cómo protegerse del calor?
Con el cambio climático, las olas de calor son más frecuentes y prolongadas. Frente a esta presente realidad, es fundamental tomas precauciones para evitar problemas en la salud.
Algunas recomendaciones son: Hidratación constante, beber agua es fundamental para mantener la temperatura corporal. Evitar la exposición prolongada al sol, las horas con mayor calor son de 12:00 a 17:00. Utilizar ropa ligera y transpirable y de dolores claros, además de gorras o sombreros. Por último, limitar la actividad física en horas puntas cuando hay más calor.
¿Pero entonces qué planes se pueden hacer? Cualquiera, pero con cuidado. Por ejemplo, para hacer deporte, es recomendable hacerlo a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando las temperaturas bajan. Si quieres coger un tono bronceado para dar envidia a tus compañeros del trabajo a la vuelta de vacaciones, toma el sol, pero no en exceso y con protección solar, porque, si no es probable que acabes como la Antorcha Humana de los 4 Fantásticos y eso no hay aftersun que lo solucione.
Ve a la piscina de tu amigo o a los centros comerciales, museos, cine, etc. donde hay aire acondicionado y las temperaturas son más bajas. Y para tomar algo en una terraza apuesta por locales que tengan nebulizadores, porque refrescan el ambiente.