La jornada laboral de la doctora Ana Martínez transcurre entre disoluciones químicas, tubos de ensayo o probetas. Desde 2009, ella lidera un equipo que busca la cura de enfermedades neurodegenerativas como la ELA. Al entrar en su laboratorio del Centro Superior de Investigaciones Científicas, del CSIC, hay algo que llama especialmente la atención. Allí tiene dos iconos de Jesucristo y de la Virgen de estilo bizantino y también fotografías de su familia. Ana tiene siete hijos y diez nietos.

Ella siempre dice que su vida gira en torno a tres ejes que son fundamentales. Su fe, su familia y la investigación. Ella ha conseguido conjugar las tres cosas a la perfección. Ha mantenido y ha cuidado su fe y a su familia a la vez que se convertía en uno de los grandes referentes mundiales en la lucha contra la ELA.

Se trata de una enfermedad mortal para la que no existe una cura y que va paralizando poco a poco los músculos del cuerpo. Su esperanza de vida va de 3 a 5 años. Sin embargo, la investigadora Ana Martínez nos cuenta que para ella siempre hay motivos para la esperanza porque siempre encuentra rutas moleculares y fármacos no descubiertos. Explica que realmente su esperanza reside en que su investigación pueda solucionar algún día en parte la calidad de vida o la vida de estos pacientes.

En España mueren al año 80.000 personas sin recibir los cuidados paliativos que necesitan. Esta investigadora del CSIC reivindica la creación de una ley que los aporte y a la mayor brevedad posible. Sostiene que la enfermedad en estos pacientes avanza muy rápido y que el tiempo para ellos es “vital”. Advierte que hay que actuar rápidamente para que los pacientes puedan “disfrutar en el tiempo en el que van a vivir”.

Ahora mismo, el equipo que lidera Ana Martínez está encontrando moléculas pequeñas que piensan que pueden llegar a ser algún día fármacos en ensayos clínicos. Nos cuenta que no están muy lejos de ello: “Son capaces de modular una proteína muy importaste que a su vez es la que desregula la mayoría de mecanismos de la enfermedad” ha explicado. Están esperanzados en que los buenos resultados que han encontrado en modelos animales y moleculares se puedan reproducir y comprobar en los pacientes cuando lleguen a los ensayos clínicos.

Sin embargo, estos avances que van descubriendo se topan con el problema de la financiación. Ana Martínez señala que dedicamos mucho menos dinero a la investigación de lo que necesitamos en un país tan grande, tan avanzado y desarrollado como es España. Explica que esto es una cuestión lógica, a “más recursos, más respuesta”.

Junto a la financiación, también reconoce que a veces la gestión también es complicada para las cantidades de dinero que hay que invertir en el desarrollo de un fármaco hasta la clínica. Es por lo que frecuentemente tienen que ir “de la mano de alguna compañía farmacéutica o pequeña compañía”.

Uno de los aspectos fundamentales en la vida de Ana es la fe y cuenta que la ciencia cada vez le acerca más a Dios. En Mediodía COPE ha expresado que ve a Dios en lo pequeño: “cuanto más miro por el microscopio y más cosas descubrimos todas tan relacionadas y todas tan bien coordinadas, más me convenzo en que esto no es una casualidad, en que hay un ser creador”.

Además Ana explica que la fe es algo que le ayuda muchísimo en su día a día. Para ella es saber que detrás de un fallo o de un fracaso hay una oportunidad de lucha y de volverte a levantarse.