No todos los temas ni todas las preocupaciones de los españoles se han puesto sobre la mesa en el debate sobre el estado de la Nación. Hay una agenda paralela, que aunque para los políticos no sea la más urgente, está presente y está activa en el tejido de la sociedad española. El Gobierno de Rajoy se equivocaría si olvidara el contenido de esta agenda profunda.La necesaria respuesta al paro y la obligada reactivación económica no justifica olvidar que el fundamento del desarrollo de las sociedades, es lo referido al tejido moral y cultural de España. Si la prioridad son las medias para luchar contra el paro, no deben ser menos los esfuerzos en orden a consolidar mecanismos de solidaridad ética y de responsabilidad entre los españoles. El futuro de España también depende de una educación en la que la libertad de los padres de educar a sus hijos según sus convicciones sea efectiva y en la que la iniciativa social en la enseñanza tenga el papel que le corresponde.La necesidad de una pedagogía pública sobre el matrimonio estable entre un hombre y una mujer demanda políticas familiares adecuadas al modelo de desarrollo y de bienestar que proyectamos. El paso del Estado de bienestar a la sociedad de bienestar no puede hacerse sólo desde las instancias políticas, debe ser alentado por una sociedad civil cuya base constituyen las familias, las comunidades y asociaciones. Una política familiar integral, ahora inexistente, y una promoción eficaz del principio de subsidiariedad, son la mejor inversión para una sociedad con beneficios, que no caducan.