Las nadadoras españolas Sarai Gascón y Nuria Marqués, que finalizaron en quinto y octavo lugar respectivamente la final de los 50 metros libres clase S9, se quedaron sin medalla en una prueba en la que optaban a colgarse un metal. Gascón, plata en 100 y 200 metros estilos S9, no pudo volver a subirse al podium al acabar la prueba en 29.39, un tiempo que solo le valió para ser quinta en una final que ganó la estadounidense Michelle Konkoly con un crono de 28.29 que supuso récord paralímpico. Nuria Marqués, que ya se ha colgado un oro en los 400 metros estilo libre, finalizó octava la final de los 50 libres al parar el cronómetro en 29.80. Antes de que nadaran Sarai Gascón y Nuria Marqués, el valenciano José Antonio Marí, que padece una discapacidad física, finalizó quinto la final de los 50 metros estilo libre masculino S9, a solo dieciséis centésimas del oro conseguido por el británico Mathew Wylie. En la sexta jornada de competición, la nadadora canaria Judit Rolo, con discapacidad física, finalizó octava la final de los 200 metros estilos clase SM7, con un tiempo de 3:39.68. La atleta madrileña Sara Martínez, que padece una discapacidad visual y compite en salto de longitud clase T12, se quedó a un paso de sumar el primer bronce de su palmarés en unos Juegos Paralímpicos al quedarse a solo un centímetro de la argelina Lynda Hamri. Sara Martínez, que afronta en Río de Janeiro sus cuartos Juegos Paralímpicos, se quedó a las puertas de la medalla después de encadenar una nueva final tras las que disputó de manera consecutiva en Atenas, Pekín y Londres. La saltadora madrileña, con 5,52 metros, se quedó muy lejos del oro de la ucraniana Oksana Zubkobska, que saltó 6,11 metros, pero muy cerca de la plata de la azerbaiyana Elena Chebanu (5,56) y del bronce de la argelina Lynda Hamri (5,53).La selección española de fútbol-5 para ciegos se impuso a México, con gol de Adolfo Acosta a los 14 minutos, y se medirá a Turquía por el quinto puesto en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro. España, que se colgó la medalla de bronce hace cuatro años en Londres, no pudo acceder a semifinales al perder sus dos primeros enfrentamientos en la fase de grupos contra China y Argentina, pero, tras sumar la victoria frente a México en la última jornada, podrá luchar por la quinta plaza.

Morteza Mehrzad, con sus 2,46 metros, está siendo una de las sensaciones deportivas de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro en los que su selección, Irán, ha pasado a ser la máxima favorita al oro en la modalidad de voleibol sentado ganando con contundencia a sus primeros rivales.

Mehrzad no pasa desapercibido ni para sus rivales ni en la Villa Olímpica, dónde destaca entre sus compañeros de equipo y el resto de deportistas, puesto que es el más alto de todos los que compiten en Río de Janeiro.

El jugador iraní sufre acromegalia, una enfermedad crónica que le produjo demasiada hormona de crecimiento en el cuerpo durante la adolescencia. Cuando tenía quince años sufrió una lesión en la pelvis, a consecuencia de un accidente con la bicicleta, y su pierna derecha dejó de crecer al ritmo que la izquierda.

Su altura, pese a que practica el voleibol sentado, le permite ser el jugador más destacado de su equipo, bloquear balones y rematar con facilidad para anotar puntos ante el asombro de sus rivales.