Nueva tragedia en Serbia. Al menos ocho personas murieron y otras diez quedaron heridas, siete de ellas de gravedad, en el pueblo de Dubona, en la región de Mladenovac, después de que se haya producido un tiroteo. El sospechoso, de 21 años, disparó con un rifle automático desde un Mercedes Benz en marcha y está en búsqueda y captura por la policía estatal tras huir del lugar de los hechos. De acuerdo con el diario Vecheme Novosti, el ataque se inició después de que el presunto autor discutiera con un agente de seguridad.

Entre los fallecidos estaría el policía con el que discutió y la hermana del mismo. Después del desencuentro, el presunto culpable fue a su casa a por el arma y comenzó a disparar contra varias personas. Los servicios de emergencia están atendiendo a los heridos, entre los que habría un menor de 15 años, tal y como apunta el diario Blic. Se trata del segundo tiroteo mortal que vive el país en dos días. El pasado miércoles, un niño de 13 años mató a tiros a nueve personas e hirió a otras siete en una escuela de Belgrado.

Aunque Serbia está repleta de armas que quedaron de las guerras de la década de 1990, los tiroteos masivos son extremadamente raros. El tiroteo en la escuela del miércoles fue el primero en la historia moderna del país. El último tiroteo masivo antes de esta semana fue en 2013, cuando un veterano de guerra mató a 13 personas en una aldea del centro de Serbia. El ministro del Interior de Serbia, Bratislav Gasic, calificó el tiroteo del jueves como "un acto terrorista", informaron los medios estatales.

La tragedia también generó un debate sobre el estado general de la nación después de décadas de crisis y conflictos cuyas secuelas han creado un estado de inseguridad e inestabilidad permanente, junto con profundas divisiones políticas. Las autoridades se han movilizado para impulsar el control de armas e instaron a los ciudadanos a guardar sus armas bajo llave y mantenerlas alejadas de los niños. La policía ha dicho que el adolescente de la primera tragedia usó las armas de su padre, lo había planeado durante un mes, dibujando bocetos de las aulas y haciendo listas de los niños que planeaba matar.

La cultura de las armas está muy extendida en Serbia y en otros lugares de los Balcanes: la región tiene una de las cifras más altas de armas per cápita de Europa. A menudo se disparan armas al aire en las celebraciones y el culto al guerrero forma parte de las identidades nacionales. Los expertos han advertido repetidamente sobre el peligro que representa la cantidad de armas en un país muy dividido como Serbia, donde los criminales de guerra condenados son glorificados y la violencia contra los grupos minoritarios a menudo queda impune.