Tres grandes peligros ante el drama de la inmigración. Ahora, el Gobierno dice 'no' al nuevo Aquarius, cambia las normas, mantiene los recursos por el tema de Ceuta y Melilla... Es la consecuencia del bla bla bla y del buenismo llevado a la exageración.

Los tres grandes riesgos:

1) Efecto llamada: Yo también lo haría ante un gobierno así, ¿quién no se lanza a recorrer únicamente el Estrecho?

2) Efecto ultra: La posibilidad de convertirnos política y socialmente en esa nueva Italia me parece atroz

3) La demagogia: Todo el mundo está de acuerdo en que el drama de la inmigración sólo se puede arreglar en origen. Pero a este gobierno y a sus socios cabría preguntarles: ¿De verdad estamos dispuestos a mandar legionarios, paracaidistas... a hacer lo que hacen allí los misioneros o cooperantes? ¿De verdad estamos dispuestos a afrontar el problema en origen? ¿A qué no? El problema es la demagogia política. Y el cinismo social