El Gobierno lo ha vuelto a hacer. Pudiendo elegir una opción moderada, se ha decantado, en cambio, por los extremismos. En realidad lo lleva haciendo desde el comienzo de su investidura. Pero en esta ocasión lo ha decidido así, teniendo la opción de Ciudadanos, apoyarse en Bildu y en Esquerra Republicana para sacar adelante los que serían sus primeros Presupuestos Generales del Estado.

Lo ha justificado el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, diciendo que, muy ufano, el acuerdo con Bildu, con los herederos de Batasuna, lo ha cerrado gracias a que la política es el arte de lo que no se ve. El arte de lo que no se ve.

Eso lo dice quien cuando estaba en la oposición se enfadaba mucho hablando de supuestos pactos en los reservados de los restaurantes. Será que él ahora como vicepresidente los cierra, esos pactos, a escondidas en las ricotabernas y sin sentir ni siquiera la necesidad de contarnos a los españoles a cambio de qué.