Con los agricultores que hoy han vuelto ha salir a la calle pasa algo muy curioso, todo el mundo dice que les entiende, pero nadie les ayuda. El otro día estuve en una entrevista con el ministro de Agricultura, Luis Planas, que la verdad es que, en comparación, es algo así como el Cicerón de este Gobierno. Pero resultó también llamativo que responsabilizara a los propios agricultores de esa enorme diferencia de precio entre el campo en el mercado. Decía que debían tener más tamaño para así ganar a la hora de negociar. Es parte de la verdad. Responsabilizaba incluso a los propios consumidores, ya que decía que tenemos que comprar más productos españoles. También es parte de la verdad. Responsabilizaba también el ministro a las grandes superficies porque en ocasiones hacen ofertas con precios a la baja. También es parte de la verdad.

Pero ahí lo dejaba el ministro. ¿Y la parte que a él le corresponde, que le corresponde al Gobierno? Es lo que están pidiendo los agricultores, que les ofrezcan algún tipo de ayuda. ¿Qué dice el Gobierno ante las protestas y ante las necesidades de los agricultores? La nada. Más bien al contrario, que ni siquiera les han querido recibir a pesar de estar convocados. ¿Es o no es para estar cabreado?