Después de un fin de semana de macrofiestas, macrobotellones en la calle, sin distancia de seguridad y sin mascarilla, el Gobierno se abre ahora la posibilidad de reformar la legislación sobre Salud pública para evitar que vuelva a ocurrir algo así.

¿De verdad esto no se lo esperaban? Hubiera sido muchísimo mejor que hubieran dado vía libre al ocio nocturno para que esa fiesta por el fin del estado de alarma hubiera sido una celebración más o menos regulada y más o menos ordenada. Pero no, cerramos los bares a las diez y a las doce vía libre para celebrarlo.

Hemos visto lo que sabíamos todos, salvo en Moncloa, que iba a pasar. Hemos perdido un poco el sentimiento de la calle e intentan volver a recuperarlo con declaraciones grandilocuentes como las que ha hecho Yolanda Díaz. La vicepresidenta promete reformar la reforma laboral, hacerla contrarreforma, y no dice cómo.

Después de una presentación pública al estilo de Pedro Sánchez, tendremos que esperar a que lo negocie con los sindicatos para conocer la letra pequeña de esa supuesta contrarreforma que tiene que estar al gusto de Bruselas.

Reducción del número de contratos y no podía faltar la parte política con la que ha revolucionado las redes sociales. La culpa de todo la tienen las empresas, según Yolanda Díaz. Vaya, resulta que las que crean puestos de trabajo y riqueza, son las responsables del paro y de lar educción de empleo.

Otra vez, perdido el pulso de la calle, y así nos va. Legislando a contracorriente, tarde y mal. Después se preguntan por qué pierden elecciones.