San Roberto Belarmino, Obispo y Doctor de la Iglesia

Comentado por Jesús Luis Sacristán

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Jesús Luis Sacristán

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Recuerda el Evangelio que mandar es servir de la misma forma que el Hijo del Hombre no vino a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos. Hoy es la memoria de San Roberto Belarmino, Obispo y Doctor de la Iglesia. Su seguimiento de Dios no tuvo nada que ver con la letra, sino con el espíritu de la Ley, basada en el amor a Dios y al prójimo. Nació en Montepulciano –Italia- el año 1542. Su madre era la hermana del Papa Marcelo II. 

Los caminos del Señor, le guían hasta Roma donde ingresa en la Compañía de Jesús, ordenándose dentro de ellos sacerdote. Su idea era entrar en este carisma para eludir cualquier tentación que le llevase al Cardenalato o al Papado. Y sobre todo, cuando su madre le había instruido para que nunca apeteciese con apsiraciones terrenales los bienes de de la Fe.

Dios le enriqueció con grandes cualidades intelectuales. Estas dotes se notan claramente en sus clases como profesor de Teología en las prestigiosas universidades de Lovaina y en la propia Ciudad Eterna. Pero fuera de las aulas, también tiene que aplicar su sabiduría, para defender la Fe, en un momento, donde el protestantismo empezaba a extenderse. 

Y fuera de lo que él se podía imaginar la Providencia sí le quería situar entre el Orden Sacerdotal en su grado supremo, es decir, en el Episcopado. Por eso, es designado Obispo de la Diócesis de Capua y, posteriormente, será nombrado Cardenal. 

San Roberto Belarmino muere en Roma en el año 1621, aportando grandes soluciones a los problemas que aquejan a la Iglesia de aquel momento. Sobre todo Trento había tenido que poner orden ante la antes mencionada Reforma Protestante del agustino Martín Lutero.

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