Santa Rosa de Lima

En 1606, recibe el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo, ingresando en el Convento donde hacía diariamente su oración

Jesús Luis Sacristán García

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Existen muchos místicos emparentados por la procedencia de un mismo pueblo o una misma nación. Eso les pasó a Santa Clara y San Francisco, o a San Benito y Santa Escolástica por citar algunos ejemplos. Hoy celebramos a Santa Rosa de Lima, compatriota del Lego también dominico San Martín Porres. Nacida el 30 de abril de 1586, sus padres le pusieron el nombre originario de Isabel.

Estando en Quites, provincia de Canta, al Noroeste de la capital peruana, donde su padre gobernaba unas tierras, es confirmada por el Arzobispo español Santo Toribio de Mogrovejo, llamándose a partir de entonces Rosa. En 1606, recibe el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo, ingresando en el Convento donde hacía diariamente su oración, porque allí mantenía un encuentro especial con el Señor Sacramentado.

El santoral de hoy, lunes 23 de agosto

La vida de Rosa se desarrolló, desde entonces, en el ambiente religioso de Perú. Su tiempo en casa, siempre transcurría en medio de un clima espiritual y de ofrecimiento del trabajo cotidiano. A pesar de no ser la mayor de los hermanos, siempre decidió ser ella la que sostuviese a los demás dentro del hogar. Dentro de sus grandes virtudes se señala la obediencia, algo que siempre trató de cumplir, pidiendo, incluso, perdón a sus padres y superiores por cuantas veces no lo había hecho.

Tampoco faltó la humildad que siempre presidió todos sus gestos y acciones impregnados de caridad, centrados en la ayuda a las almas para alcanzar la salvación y en el socorro a los pobres desde las obras de misericordia. En todo esto siempre estuvo presente su espíritu de austeridad, penitencia. Santa Rosa de Lima muere en 1617 cuando contaba con tan sólo 31 años.


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