San Gregorio Magno papa: el siervo de los siervos de Dios

Gregorio era un buen gestor que lo dejó todo para ser monje. Pero, ese talento y la Providencia, le llevarían a ser gestor de la Iglesia. Como Papa vivió la caridad con los necesitados materiales y espirituales

San Gregorio Magno:el siervo de los siervos de Dios

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hoy nos trasladamos al siglo VI para recordar a uno de los grandes papas. Se trata de San Gregorio Magno. La grandeza de este apelativo no es cuestión de un pequeño espacio de tiempo, ni tan siquiera algo buscado por él. No. La grandeza le viene por la forma de vivir cada momento que le tocó. Su nacimiento en el año 540 en Roma le lleva a un hogar de familia pudiente. Pero Gregorio no gastó ni un sólo minuto para despilfarrar. Al contrario, hizo una inversión que nadie se hubiese imaginado como fue amparar y costear la construcción de varios monasterios.

Una vez que hubo empleado debidamente las riquezas, buscó sitio en el Monasterio situado al pie del Monte Celio en la propia Roma. Allí entró como monje. Su marcha al convento es un acercamiento a las cosas divinas, ya que había estado durante una temporada como prefecto de la ciudad y veía que su vida no estaba hecha para las cosas mundanas. Sin embargo, la vida entregada a la contemplación en los claustros no le duró mucho tiempo. Razón: Muere el Papa Pelagio II. Contra todo pronóstico, no eligen como sucesor a alguien cercano al pontífice, si no al monje Gregorio. Lo eligen porque han oído la buena gestión adaministrativa y pastoral que desempeña. A él no le queda más remedio que aceptar el Papado, poniéndose en manos de Dios.

Los electores ven que no se han equivocado en la opción y que la Providencia está detrás de esta elección. Gregorio fue muy cercano con los sacerdotes necesitados y con toda persona que sufría. Uno de sus puntos más importantes es buscar que la Liturgia en la Santa Misa y otras celebraciones entren profundamente en el corazón de los fieles y lo aprendan con facilidad. Es el "ora et labora" puesto en la vida cotidiana. Siempre tenía presente que la caridad es la virtud más excelente de todas las que hay. Se puede decir que predicó con el ejemplo, ya que sus homilías de Dios que nos salva y nos quiere, se reflejaron en él como un gran Padre de la Iglesia. A su muerte, en el año 604, le ponen en citado sobrenombre de “el Magno”.

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