SANTO 23 NOVIEMBRE

San Clemente Romano: Pontífice, esclavo y mártir

Hoy recorremos la vida de San Clemente Romano, el cuarto Papa de la historia y tercer Sucesor de San Pedro.

Jesús Luis Sacristán García

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Una de las frases más rotundas del Evangelio es que el Pastor debe dar la vida por las ovejas. No debe huir a modo de asalariado porque sino sería un fraude. En los primitivos tiempos de martirio y persecución, los mismos guías del pueblo fiel debían predicar con el ejemplo y derramar su sangre por Cristo si era preciso. Esto le sucedió a San Clemente, Papa. 

Hoy también nos vamos a los primitivos tiempos de la Comunidad para conocer esta figura de la Iglesia tan relevante en los orígenes de la Fe. Emparentado según las actas con los nobles del Imperio, no faltan aquellos que aseguran que procede de familia pagana convertida al cristianismo. Lo cierto es que conoce perfectamente las Sagradas Escrituras y que posee un gran espíritu de oración.

La Comunidad de Corinto había dado grandes motivos de alegría por su florecimiento, fruto de la predicación del Apóstol San Pablo. Pero de la misma forma tuvo sus sombras contra las que el propio Saulo tuvo que reaccionar. Posteriormente habría más dificultades a las que hubo de enfrentarse Clemente I. El Pontífice envío una carta excelente por mediación de Claudio Efebo, Valerio y Fortunato.

En ella propone, la caridad fraterna como el único remedio para salvar las divisiones y poder alcanzar la unidad entre todos. Un día el Emperador Trajano le condena a las minas situadas en la zona de Crimea. Su vida convierte a muchos paganos por lo que es arrojado al amr con un ancla y atado a una cuerda. Su Papado al frente de la Iglesia duró diez años y es el tercer sucesor de Pedro después de Lino y Cleto, así como el cuarto Pontífice de la Iglesia Universal. Su nombre también se halla incluido en el Canon Romano.

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