Santoral

Jueves Santo: Eucaristía, Orden y Amor Fraterno

Cristo instituye el Sacramento de la Eucaristía, convirtiendo el Pan en su Cuerpo y el Vino en su Sangre

“Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves, Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión”. Así habla el refrán impregnado de costumbrismo cristiano. Hoy, precisamente, es Jueves Santo, uno de esos tres días. Es la víspera de la Pascua Judía. El Pueblo de Israel se reunía a vivir el Paso del Señor como les dijo Yavé en el Antiguo Testamento. Como esclavos que habían sido sus padres en Egipto, cuando el Señor oyó su clamor, pidió al Faraón que les liberase, pero el rey egipcio se endureció por lo que el Cielo permitió diversidad de plagas.

Como seguían endurecidos los egipcios, la última y definitiva Plaga fue la comida del Cordero, untando su sangre en las puertas israelitas porque a medianoche pasaría el Ángel del Señor hiriendo de muerte a todos los primogénitos egipcios. Así sería liberado Israel de la esclavitud y lo tendría que celebrar cada año. En esa ocasión que abordamos ahora, el Señor manda preparar la Comida Pascual a sus discípulos y, cuando come con ellos, les anuncia la traición de Judas, y a Pedro su negación.

En este contexto Cristo instituye el Sacramento de la Eucaristía, convirtiendo el Pan en su Cuerpo y el Vino en su Sangre. También instituye el Sacramento del Orden Sacerdotal, personificado en sus discípulos para que perpetúen el Sacramento Eucarístico hasta que Él vuelva. En esta misma Jornada, promueve el Amor Fraterno pidiendo que “nos amemos unos a otros como Él nos ha amado”. También la Tradición asegura que cuando el Señor les cuenta estas y otras cosas, instituye probablemente el Sacramento de la Unción de Enfermos.

Pastoralmente, por la mañana se celebra en cada Diócesis la Misa Crismal donde concelebra todo el Presbiterio con su Obispo, renovando las promesas sacerdotales. En ella también se bendicen los öleos y se consagra el Santo Crisma, materia todos ellos de los Sacramentos. Por la tarde se hace la Misa Vespertina de la Cena del Señor. En ella se hace el Lavatorio de pies. Y tras la Celebración se deja el Santísimo en otro lugar preparado para su Adoración. Lo que popularmente se denomina “Monumento”.


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