
Madrid - Publicado el
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Los hermanos que recordamos este día se ven reflejados en su padre hombre converso y mártir como ellos. Hoy celebramos a los Santos Claudio, Lupercio y Vitorio. Hijos del Centurión converso San Marcelo, estos tres hermanos, viven entre los siglos III y IV en Hispania.
Eran soldados que vivían una época de gloriosas conquistas imperiales. Pero cuando siguen a su padre entienden que el mejor servicio es el de dar la vida por los demás en la Fe del Señor Jesús. Por entonces arrecia la persecución contra los cristianos. Por eso, al ser descubiertos son apresados y sufren en poco espacio de tiempo el martirio en la ciudad de León.
El Gobernador lo único que quiere es eliminarles cuanto antes porque piensa que si demoran el ajusticiamiento con discusiones, puede ocurrir que su ejemplo arrastre a otros a convertirse. De esta manera, casi sin pasar por la prisión son martirizados de forma rápida.
Ellos se sienten acogidos por el Cielo, la auténtica Patria a la que todos somos llamados. En el lugar de su muerte se construye el Monasterio Benedictino de San Claudio. Los cristianos de esa zona veneraron también de forma instantánea su memoria y se encomendaron a ellos.
A mediados del siglo XI el rey Fernando I, ordena que las tres reliquias fuesen a la Iglesia de San Isidoro que se acababa de reconstruir. En 1173 se consagro una Iglesia en honor de esto tres mártires. En la mitad del año 1834 se destruyó este Templo y las reliquias de los Santos Claudio, Lupercio y Vitorio fueron llevados a la Iglesia de San Marcelo.





