
Madrid - Publicado el
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Continuamos con el último de estos tres días encadenados donde Pentecostés, es el Eje flanqueado el día anterior por Santa maría Reina de los Apóstoles. Hoy, tras finalizar el Tiempo Pascual, comienza la segunda parte del Tiempo Ordinario. Lo hacemos con la conmemoración de La Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia.
La Celebración fue instituida por el Papa Francisco el 11 de febrero de 2018 con ocasión de la Festividad Mariana de la Virgen de Lourdes. El Pontífice pensó que esto facilitaría el sentido maternal de los Pastores hacia la Comunidad y que se manifestaría un mayor fervor a María.
Al mismo tiempo se destaca que la vida del creyente debe basarse en la Cruz y la Eucaristía, todo ello dentro del Misterio Pascual. Por eso el segundo foco está en “María Corredentora”. En el recorrido de su vida siempre se le ha visto estar muy unida a Cristo en cada uno de los principales Misterios de la Salvación, de principio a fin.
Los Pontífices del siglo XX han profundizado en esto. Buen ejemplo de ello han sido tanto San Juan XXIII, como Pablo VI, o Juan Pablo I. En el caso de San Pablo VI, que celebrábamos hace muy pocos días, al promulgar la Constitución del Concilio Vaticano II “Lumen Gentium”, otorga a La Virgen el Título de Madre de la Iglesia”.
San Juan Pablo II, por su parte, colocó un Mosaico de María Mater Ecclesia, procedente de la Basílica Constantiniana. Debajo de esta Imagen se lee “Totus Tuus” que fue el lema de su Pontificado. También como cada año, al día siguiente de Pentecostés se celebra una entrañable Advocación Mariana: La Virgen del Rocío.