“ Dime dónde lo has puesto ”

Evangelio según san Juan 20, 11-18; y comentario de José María Calderón, director de OMP

Evangelio del día 22-04
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evangelio 22-04

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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 Primera lectura  

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles

2, 36-41

El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos:

«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».

Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:

«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?».

Pedro les contestó:

«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro».

Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:

«Salvaos de esta generación perversa».

Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.

 Salmo de hoy  

Salmo 32

4-5. 18-19. 20 y 22 R/

 La misericordia del Señor llena la tierra

La palabra del Señor es sincera,y todas sus acciones son leales;él ama la justicia y el derecho,y su misericordia llena la tierra. R/

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,en los que esteran su misericordia,para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/

Nosotros aguardamos al Señor:él es nuestro auxilio y escudo.Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,como lo esperamos de ti. R/

 Evangelio del día  

Lectura del santo evangelio según san Juan

20, 11-18

En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.

Ellos le preguntan:

«Mujer, ¿por qué lloras?».

Ella contesta:

«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».

Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.

Jesús le dice:

«Mujer, ¿por qué lloras?».

Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:

«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».

Jesús le dice:

«¡María!».

Ella se vuelve y le dice.

«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!».

Jesús le dice:

«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, ande, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».

María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:

«He visto al Señor y ha dicho esto».

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