¿Quién era San Valentín y por qué se le asocia al amor?: la historia del santo que celebramos este lunes

En el programa de este domingo de Ecclesia, Antonio Moreno, autor de 'Un Santo para cada día' y #SantosDelTikTok ha explicado quién era este santo

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El 14 de febrero se celebra el "día de los enamorados". Es día de detalles, de gestos de cariño hacia tu pareja, de buscar en los escaparates de los centros comerciales con qué sorprenderla, de regalarle algo que le demuestre que la quieres y cuánto la quieres. Las flores, los bombones, las cenas románticas, los planes de presente y futuro, los mensajes, las fotos en redes sociales, etc. adornan esta jornada.

Todas esas acciones que protagonizan los enamorados especialmente este día se hacen en nombre de "San Valentín". Pero, ¿quién era San Valentín? ¿por qué lo asociamos al romance? ¿tiene algo que ver todo esto con la persona a quien se recuerda hoy?

En el programa de este domingo de Ecclesia, Antonio Moreno, autor de 'Un Santo para cada día' y #SantosDelTikTok ha explicado quién era este santo. “Si vamos a la lista oficial de los santos, que es el martirologio romano, podemos decir que es un santo que murió en Roma en el Puente Milvio, un puente muy famoso en Roma para todos los enamorados”, dice Antonio.

¿Por qué existen mitos y leyendas sobre San Valentín?

Este santo realmente existió, fue un mártir y la Iglesia lo reconoce oficialmente. Pero entonces, ¿por qué existen mitos y leyendas sobre su historia? Para Antonio esto “suele pasar con los santos muy queridos por la gente. Es un santo que ha calado mucho en la cultura popular. Pasa también con San Nicolás en Navidad, por ejemplo. La gente va generando en cada diócesis su propia leyenda”.

“Lo que sí podemos decir con certeza – dice Antonio – es que su relación con el tema de los enamorados son algunas leyendas muy interesantes. Una de ellas nos dice que era el encargado de casar a las parejas cristianas donde el hombre era un soldado en una época donde el emperador lo prohibía. Se encargaba de casarlos incluso arriesgando su vida y la vida de los novios”.

La verdadera historia de San Valentín

La verdadera historia de San Valentín nos lleva a la Roma de entre los siglos II y III. El Papa Víctor I le había consagrado obispo en Terni, que vivía la persecución a los cristianos. Valentín no renunció a su fe y a la misión de anunciarla a las personas. La idea para hacerlo le vino de un anuncio del emperador Claudio II.

El mandatario romano había prohibido casarse a los soldados romanos. El motivo era que consideraba que los guerreros eran más fieros y eficaces en combate si estaban solteros. Si estuvieran casados, pensaba el emperador, no se arriesgarían tanto en la lucha para mantenerse vivos para sus familias. Y Roma los necesitaba porque se veía amenazada en sus fronteras por los pueblos germánicos.

En ese contexto aparece Valentín. El obispo se dedicó a casarlos en secreto bajo el rito cristiano. Se trataba de una práctica arriesgada en medio de la persecución y porque implicaba retar al emperador. Al final, Claudio oyó hablar de Valentín, que casi consigue convertirlo al cristianismo. Casi.

Presionado por sus oficiales y consejeros, acaba ordenando que encierren a Valentín. Ese encargo corre a cargo de Asterius. Asterius es un soldado no cristiano que lo apresa. Quiere poner a prueba su fe y, de paso, ponerlo en rídiculo. O eso pensaba. Asterius le presenta a una de sus hijas que era ciega. Pidió a Valentín que, si tan poderoso era su Dios, curaría a su hija. Valentín, en el nombre de Dios, obró el milagro.

La familia de Asterius y el propio oficial se convirtieron al cristianismo. El propio Valentín acabó siendo tutor de Julia, la joven a la que había curado...y se enamoró de ella.

Sin embargo, las noticias empeoraron para Valentín. El imperio romano lo condenaba a muerte. Fue lapidado y decapitado. A pesar de todo lo que había pasado Valentín siguió casando a personas en el nombre de Jesús durante su tiempo en la cárcel. Se le enterró a las afueras de la ciudad y en la actualidad, su cuerpo reposa en la Basílica de Terni.

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